Hoy estaremos leyendo Daniel 11-12, 1 Juan 3 y Proverbios 23:11-20. En Daniel 11 y 12, Dios le revela a Daniel una profecía detallada sobre reinos, conflictos y el futuro de Su pueblo. En el capítulo 11, se describe una larga secuencia de guerras entre reinos del norte y del sur, movimientos políticos, alianzas quebrantadas y líderes arrogantes que se levantan y caen. Aunque la historia parece dominada por intrigas humanas, el mensaje es claro: Dios conoce cada detalle del futuro y nada ocurre fuera de Su dominio. Luego aparece un rey altivo que se exalta contra Dios y persigue a los santos, pero su fin llega de manera repentina, porque nadie puede sostenerse contra el Altísimo. En Daniel 12, Dios revela el tiempo final: habrá angustia como nunca antes, pero también resurrección y recompensa. “Muchos de los que duermen en el polvo de la tierra despertarán: unos para vida eterna y otros para vergüenza eterna.” Dios declara que los entendidos brillarán como estrellas y que Sus palabras están selladas hasta el tiempo del fin. A Daniel le pide descansar en paz sabiendo que resucitará para recibir su herencia. Reflexiona: ¿Estás viviendo con la confianza de que Dios gobierna incluso los tiempos más inciertos? ¿Estás caminando hacia la eternidad con esperanza y fidelidad?
En 1 Juan 3, Juan nos recuerda el privilegio y la identidad que tenemos en Cristo: “Miren cuánto nos ama el Padre, que se nos llama hijos de Dios… y lo somos.” Esta verdad transforma todo. Los hijos de Dios no viven practicando el pecado, sino purificando sus vidas como Él es puro. Juan también señala la evidencia más clara de que alguien pertenece a Dios: el amor. “No amemos de palabra ni de lengua, sino con hechos y en verdad.” También afirma que si nuestro corazón nos condena, Dios es más grande que nuestro corazón y conoce todas las cosas. Y si nuestro corazón está en paz, podemos pedir confiados porque guardamos Sus mandamientos. Reflexiona: ¿Estás viviendo como un hijo amado de Dios? ¿Tus acciones muestran amor verdadero y un corazón que busca la pureza?
Finalmente Proverbios 23:11–20, nos recuerda que Dios defiende a los vulnerables: “Tu Redentor es fuerte; Él defenderá su causa contra ti.” También exhorta a no envidiar a los pecadores, sino perseverar en el temor del Señor, porque “ciertamente hay un futuro, y no será frustrada tu esperanza.” Nos llama a escuchar la corrección con sabiduría, a no unirnos a los glotones ni a los borrachos, y a caminar lejos de los excesos que destruyen la vida. Es una invitación a vivir con moderación, disciplina y una visión puesta en el futuro que Dios promete.