Antes de ser padre, entrenaba cuando quería. Después… bueno, la historia cambió. En este episodio te cuento cómo madrugar —sí, a las 5:30 - 6:00 am— se convirtió en mi salvavidas para seguir entrenando sin fallar a lo más importante: mi familia. No es fácil, pero vale cada minuto. Si sientes que el día te come y que el deporte quedó en pausa, este episodio es para ti.