Caía la noche y Daniel Lalín, por ese entonces presidente de Racing, retornaba del juzgado de La Plata, para anunciar lo que se convertiría en uno de los peores días para la institución académica: la quiebra con continuidad como formula para sanear al club que tenía una deuda de más de 63 millones de dolares. "El club estaba destruido", mantiene firmemente Lalín en una nueva nota con Ataque Futbolero. Desde su visión, profundiza que hoy Racing tiene en Víctor Blanco el mejor presidente de su historia, que Milito trajo con él un modelo europeo y que la institución vive momentos de prosperidad futbolística y económica. Por otro lado, se encuentra convencido con que Beccacece construirá un gran Racing a futuro y cerrando la nota le tiró un consejo: "con Centurión, Racing sería una bomba de tiempo para ganar cualquier cosa".