"Érase una vez un niño que tenía muchas fantasías en la cabeza y que, poco a poco, las fue sacando, ya sea jugando, dibujando o haciendo películas". Así comienza el 'cuento' vital de Paul Urkijo, cineasta gasteiztarra que creció alimentado por las obras de los hermanos Grimm, por relatos de mitología vasca e infinidad de viñetas y cintas de vídeoclub. Estudió Bellas Artes pero terminó convirtiéndose en multipremiado cortometrajista antes de debutar en el largo con la aplaudida 'Errementari' (2017). Ahora prepara 'Irati' como segundo hito de esa "gesta" que es hacer cine de género fantástico, una tarea a la que se entrega con la misma ilusión con la que jugaba de niño.