De niño se llamaba Mbaye Babacar Diouf. De adulto, Mbaye Gil. De niño vivía en Senegal. De adulto, en Algorta. Cruzó el Atlántico en una patera. Y esto fue lo más sencillo de una odisea que duró años. Él solo quería trabajar y ayudar a su familia. Después de mucho sufrimiento y explotación, en su camino se cruzó un aita llamado Juan Gil. Mbaye encontró una familia vasca. Y estudió una carrera. Ahora, es enfermero. Y no solo eso: ha montado una ong, Sunu Gaal, para procurar que nadie más tenga que pasar por lo que él pasó. Y eso que su final feliz es una excepción. Entre miles.