Tras la muerte de Fernando de Magallanes devuelven el puesto de mando a Juan Sebastián Elkano reconociendo su capacidad. No obstante han de reconocer que no saben bien donde están, ya que llegan a Borneo dejando atrás las isla de las especias que andan buscando. Una vez allí negocian con el Rey de Borneo la opción de mercadear.
Elkano deja por escrito en su diario los conocimientos médicos que observa en la isla. Les vendrán bien.