Una vez llenas las bodegas de la Nao Victoria de clavo y otras especias, la tripulación quiere dejar las islas y poner rumbo de regreso. Pero una gran tempestad deteriora el casco de la nave y tienen que parar en Timor. A pesar del miedo de caer en manos de los Portugueses tienen que adentrarse en el océano Indico para poder reparar el barco. Temen por su vida si llegaran a ser apresados.
Un mar embravecido y problemas que se concatenan, han minado por completo el animo de la tripulación camino del cabo de buena Esperanza.