Cuando Abram tenía noventa y nueve años, el Señor se apareció a Abram y le dijo: "Yo [soy] el Dios Todopoderoso; camina delante de Mí y sé perfecto. Y haré Mi pacto entre Tú y Yo, y te multiplicaré en gran manera". (Génesis 17:1-2)
Dios es el Señor de lo imposible. ¿Hay algo demasiado difícil para Él? Cuando Abram tenía 99 años, Dios estableció un pacto con él, ratificado por una ceremonia de nombramiento y atestiguado por un milagro. Reveló un nuevo nombre a Abram: Dios Todopoderoso. Aquel para quien nada sería imposible. Y le dio a Abram (Padre Exaltado) un nuevo nombre, Abraham, padre de una multitud.
Cualquier médico puede decirte que una vez que la menopausia golpea y la fábrica de la ovulación se apaga, no hay un interruptor de reinicio. Tener un bebé después de ese momento se convierte sólo en una opción de adopción.
Dios había prometido años antes que le daría a Abram muchos descendientes. Tantos como las estrellas. Pero con el paso de los años la esperanza disminuyó y Sarai sugirió una alternativa, ayudar a Dios usando un vientre de alquiler a través de Agar.
Pero Dios no NECESITA ayuda para cumplir sus promesas. Su mano no es la mano temblorosa de un anciano temblón y olvidadizo. Él es Dios Todopoderoso. No pidió ayuda porque quería hacerlo por sí mismo.
¿Cuántas veces actuamos en nombre de Dios, cuando Él nos ha revelado un plan, pero todavía no es el momento? El momento en que Dios actúa es inconfundible. Si esperas en el Señor, ese momento LLEGARÁ, tan seguro como Su promesa.
Abraham, el padre de multitudes, ni siquiera vivió para ver más que a unos pocos. Pero sus descendientes, tanto por nacimiento como por segundo nacimiento, son innumerables. Tantos como las estrellas. Descendientes como tú. Y como yo.
Oremos:
Señor Dios Todopoderoso, creador del cielo y de la tierra, nada es demasiado difícil para Ti. Tú has demostrado tu poder y tu fidelidad una y otra vez. Ayúdame, Señor, a esperar en Ti y a confiar en Tu Palabra. Y acompáñame en mi hora de necesidad. Porque aunque Tú no necesitas MI ayuda, yo SIEMPRE necesito la Tuya. Amén