"Hasta que vino el Anciano de Días, y se hizo juicio [a favor] de los santos del Altísimo, y llegó el tiempo para que los santos poseyeran el reino. (Daniel 7:22)
En Juan 16 Jesús termina un discurso con Sus discípulos garantizándoles que vendrían problemas. No usó la palabra "podría" o " quizás". No hay margen de maniobra. Y lo vemos a nuestro alrededor. No tienes que mirar muy lejos para verlo. El adolescente con cáncer. El tiroteo. El incendio que dejó a una familia sin hogar. La guerra en las noticias. El dictador loco con armas nucleares.
Sí, este mundo está lleno de problemas. Pero ten buen ánimo, cristiano, porque Él ha vencido al mundo. Aun así, cuando hemos sido agraviados, cuando hemos sido lastimados, queremos justicia. Queremos venganza. Dios nos dice que la venganza es suya. Él promete que pagará.
Y Él no está de brazos cruzados. No nació ayer. Él es el Anciano de Días, sabio más allá de todo cálculo, lo ha visto todo. No hay nada nuevo bajo el sol que tome a Dios por sorpresa, Él no puede ser engañado o mal dirigido.
Y cuando todos estemos ante Él, sólo habrá una defensa. Para el tipo que mató a tu primo. Para el ladrón que robó tu tienda. Para el Dictador loco. Para ti.
Creemos que somos una "buena persona". Nunca hemos robado a nadie, tal vez nunca hemos matado a nadie. ¿Pero no lo hemos hecho? Dios conocía el odio que había en tu corazón mientras eras tan bueno por fuera. Jesús lo equiparó con el asesinato en Mateo 5. Nunca has cometido adulterio, pero has mirado a una mujer (o a un hombre) con lujuria... Si miramos atrás en nuestra vida vemos una larga e innumerable lista de pecados que fueron contra Dios, rompiendo la mayoría, si no todos, de sus Diez Principales. Pero Cristo pago por TODOS ellos, pagó por todos los pecados pasados, presentes y futuros, en la cruz. Acepta Su pago. O, puedes tratar de hacer esto sin Él, rechazar la clemencia de Dios, e insistir en que sabes más que el Anciano de Días.
Oremos
Anciano de Días, algún día juzgarás al mundo y a todos los que están en él. Ten piedad de mí, Señor, cuando llegue ese Día. Gracias por el don de la Vida y el sacrificio de Cristo por mi pecado. Ayúdame hoy a compartir tu amor con los demás. Amén
