Nos pasamos días, semanas o incluso años preguntándonos: ¿qué quiero hacer con mi vida? Pero en el fondo ya lo sabes, siempre lo has sabido.
El problema es que a veces necesitamos que nos lo digan desde fuera. No saber qué quieres es porque no estás conectado con ese deseo de lo que quieres hacer. Puede ser que desees y que quieras hacer muchísimas cosas. Es totalmente normal.