Al menos en mi experiencia, escribir agotada se convierte en algo complicado y, además, de malos resultados.
La semana pasada tuve una guardia 24/7 localizada de 7 días y esto me dejó muy cansada.
Suelo tardar una media de 3 días en recuperar la energía y eso implica darme cuenta de una cosa: necesito cuidarme y parar después.
Y no “forzar la máquina”, como hubiera dicho mi padre de estar vivo.
Me encanta escribir, que nadie se confunda y, también, ejercer la medicina.
Pero no tengo más que dos manos y un cerebro y eso tiene sus limitaciones.
El caso es que, tras dedicar un par de días a proceso de recuperación, noto que:
* Voy volviendo “a ser yo”.
* No voy a 100 km por hora perdiendo claridad y foco por el camino.
* Escribo con más calidad.
* Me siento mejor y más saludable (física y mentalmente).
Vivimos en la “cultura de la prisa” y parece que parar o, incluso, tener paciencia, sean defectos.
No creo eso.
¿Y tú?
Feliz miércoles (o cuando lo leas).