El álbum marca el precedente para el boom más orientado al pop de finales de los
años noventa por parte de
Limp Bizkit,
Korn, y
Linkin Park. Por otra parte, el álbum se centra en un comentario político inflexible, lo cual lo aleja de otras bandas. Las canciones de Rage Against the Machine tienen tendencias a específicos mantras políticos de izquierda, interpretados con ira, con el vocalista entregado en un estilo similar al hip hop.