Que complicado resulta decir que NO, que incluso cedemos anteponiendo lo que realmente queremos; cuando nosotros mismos deberíamos ser prioridad.
Cambiamos de parecer y no nos atrevemos a respetar nuestra decisión por chantajes emocionales que provocan en nosotros culpa, miedo o un agradecimiento a nuestro ego.
El precio a pagar por encajar socialmente puede ser muy costoso.
En un mundo donde sacar ventaja a los demás no tiene llenadera; es clave aprender a decir NO.