Tener en mente en todo momento nuestros problemas lo único que provoca es magnificarlos. Reconocer hasta donde están nuestros alcances y ser honestos con lo que podemos y no resolver nuestros problemas nos ayudará a encontrar algo de paz.
Decir que no podemos hacer algo por ellos solo por quedarnos en una zona de confort es solo prolongar el problema y en el peor de los casos un retroceso personal.