Con el tiempo le hemos dado mucha importancia a la motivación; pensando que lo es todo para poder alcanzar nuestros objetivos. Desafortunadamente trabajar un objetivo es trabajar en las buenas y las malas; y cuando las malas llegan la motivación desaparece y lo único que nos queda es el compromiso real que tenemos para alcanzar lo que queremos.
La motivación es buena para poder crear una ilusión y pensar en un futuro; el problema es pensar que a sea a base de motivación los alcanzaremos, cuando en realidad lo que se requiere después de la motivación es del compromiso.