Establecer límites nos permite mantener relaciones saludables y contar con un bienestar. Pensar que los límites son restrictivos no nos ayuda; los límites en sí mismos no son buenos ni malos, todo dependerá de cómo los aplicamos.
Tener en claro quiénes somos, cuánto valemos, que queremos y en que creemos será clave para establecer límites saludables.