Desde principios de nuestra existencia vamos construyendo y generamos una idea de nuestro valor; a la cual le ligamos un sentimiento de lo mucho o lo poco que merezco en la vida.
La idea es ir buscando el sano equilibrio entre sentirnos merecedores de todo y pensar que no nos merecemos nada; empezando a entender que el merecimiento viene acompañado del trabajo necesario para alcanzar lo que pensamos merecer y el respetar el camino de los demás.