“Después de esto aconteció que Ben-adad rey de Siria reunió todo su ejército, y subió y sitió a Samaria. Y hubo gran hambre en Samaria, a consecuencia de aquel sitio; tanto que la cabeza de un asno se vendía por ochenta piezas de plata, y la cuarta parte de un cab de estiércol de palomas por cinco piezas de plata.” (2 Reyes 6: 24, 25).
Eliseo había instado al pueblo a arrepentirse, y sin duda le había dicho con claridad que, si no se apartaba de sus pecados y se volvía al Señor de todo corazón, podía esperar dificultades y angustia.