TEXTO BÍBLICO: Ezequiel 33.7-16
TEXTO ÁUREO: Ezequiel 33.7
«A ti, pues, hijo de hombre, te he puesto por centinela de la casa de Israel: tú oirás la palabra de mi boca y los amonestarás de mi parte».
Ezequiel proclama un mensaje que confronta y sana a la vez: cada persona es responsable ante Dios por su conducta, pero también cada persona tiene la oportunidad real de comenzar de nuevo. En medio del exilio —una época de culpa, desorientación y acusaciones generacionales— Dios levanta a Ezequiel como centinela para advertir, corregir y anunciar esperanza. Esta lección nos invita a ver la justicia divina no como una sentencia inamovible, sino como una expresión del deseo profundo de Dios de que todas las personas vivan. Entramos así a un texto que nos llama a la vigilancia espiritual, a la integridad personal y al arrepentimiento que transforma la historia.
Objetivos
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El Discípulo: Revista para la Educación Cristiana Transformadora