TEXTO BÍBLICO: Ezequiel 47.1-9, 12
TEXTO ÁUREO: Ezequiel 47.12
«Y junto al río, en la ribera, a uno y otro lado, crecerá toda clase de árboles frutales; sus hojas nunca caerán ni faltará su fruto. A su tiempo madurará, porque sus aguas salen del santuario. Su fruto será para alimento y su hoja para medicina».
La visión de Ezequiel 47 surge en uno de los momentos más oscuros de la historia de Judá: el exilio. El Templo había sido destruido, la identidad nacional estaba rota y el pueblo vivía lejos de todo lo que consideraban sagrado. En medio de esa desesperanza, Dios revela un cuadro sorprendente: del santuario restaurado brota un río que crece, avanza, sana y da vida. Esta imagen no es solo una promesa lejana; es una afirmación teológica de que Dios sigue actuando aun cuando todo parece perdido. Al iniciar esta clase, abrimos nuestro corazón para ver cómo ese río representa la obra transformadora del Espíritu y cómo esta visión puede renovar nuestra fe y nuestra esperanza hoy.
Objetivos
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El Discípulo: Revista para la Educación Cristiana Transformadora