El viento sacude los árboles sobre nosotros. Nina, embarazada de nueve meses, nos cuenta como la vida la llevo a manifestar ese espacio en el que ahora vive, a la vez jardín, templo y bosque. Capaz de percibir inexplicables fenómenos metafísicos desde niña, dedicó una década a viajar por varios continentes, antes de que una travesía iniciática por el sur de México la hiciera reconectar con su sensibilidad y entender el poder de su propia intuición. Decide entonces instalarse y trabajar la tierra, dedicarse a enlazar lo impalpable con la materia, “lo tangible femenino y la intangible masculino" nos dice, "y así generar vida.”