Vivimos en un planeta azul, con océanos y mares que cubren más del 70 por ciento de la superficie de la Tierra. Los océanos nos alimentan, regulan el clima y generan, escuchen esto, sobre el 70% del oxígeno que respiramos. No son los árboles, no es el amazonas. Son nuestros océanos.
También sirven como base para gran parte de la economía mundial, con el 90% de los cargamentos moviéndose sobre sus mares y sectores que van desde el turismo hasta la pesca.
Pero a pesar de su importancia, de que nuestro cuerpo humano es 70% agua, los océanos enfrentan amenazas sin precedentes como resultado de la actividad humana. Poniendo en peligro un balance que sostiene la vida en la tierra. Cada año, se estima que 8 millones de toneladas de desechos plásticos terminan en los océanos del mundo. Al mismo tiempo, el cambio climático está dañando los arrecifes de coral y otros ecosistemas claves para la sustentabilidad alimenticia del planeta; la sobrepesca amenaza la estabilidad de las poblaciones de peces; la contaminación por nutrientes contribuye a la creación de zonas muertas; y casi el 80 por ciento de las aguas negras del mundo se vierten en los océanos sin haber sido tratadas.
Aproximadamente el 80 por ciento de la contaminación marina se origina en la tierra. Cuando los contaminantes llegan a nuestros océanos, afectan el medio marino con enormes repercusiones tanto en los ecosistemas como en el bienestar socioeconómico de las comunidades costeras y de las comunidades que dependen de aquellas.
No podemos sobrevivir sin océanos saludables. El océano es nuestro sistema de soporte vital.
El océano proporciona alimentos, empleos y medios de vida.
El océano ayuda a luchar contra la crisis climática.
El océano alberga una gran biodiversidad.
El océano proporciona beneficios de bienestar a toda la humanidad.
Por eso nos toca conocerlos. Explorarlos. Convertirlos en nuestro estilo de vida. Asegurando que protegemos el pedacito que nos toca, influyendo a que otros hagan lo mismo.
Desde la sociedad civil nos toca promover la protección y la gestión sostenible de nuestros preciosos entornos marinos y costeros.
Quienes buceamos somos algunos de los defensores más firmes de los océanos. Ahora, más que nunca, buceadores como nosotros están adoptando una postura clara sobre la necesidad de proteger los océanos. Defendemos la conservación, compartiendo nuestras imágenes submarinas, informando daños ambientales a las autoridades y realizando campañas en busca de cambio.
Nos toca a todos aportar desde nuestros puntos secretos y no tan secretos de buceo.
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