📖 Hechos 19:11 Dios hacía milagros extraordinarios por medio de las manos de Pablo; 12 de tal manera que hasta llevaban pañuelos o delantales que habían tocado su cuerpo para ponerlos sobre los enfermos, y las enfermedades se iban de ellos, y los espíritus malos salían de ellos. 13 Pero también algunos de los judíos, exorcistas ambulantes, se pusieron a invocar el nombre del Señor Jesús sobre los que tenían espíritus malos, diciendo: —¡Les conjuro por el Jesús que Pablo predica!
14 Eran siete hijos de un tal Esceva, un judío, principal de los sacerdotes, los que hacían esto. 15 Pero el espíritu malo respondió y les dijo: —A Jesús conozco, y sé quién es Pablo; pero ustedes, ¿quiénes son?
16 Y el hombre en quien estaba el espíritu malo se lanzó sobre ellos, los dominó a todos y prevaleció contra ellos, de tal manera que huyeron desnudos y heridos de aquella casa. 17 Este acontecimiento fue conocido por todos los que habitaban en Éfeso, tanto judíos como griegos. Cayó temor sobre todos ellos, y el nombre del Señor Jesús era magnificado.
🎙️ "Ustedes, ¿quiénes son?", preguntó un demonio. Qué impresionante la historia de estos muchachos que estaban utilizando el nombre de Jesús para hacer milagros y conseguir fama y hasta dinero. No solamente utilizaban el nombre de Jesús, sino que también la gente lo identificaban con aquel que predicaba a Jesús: Pablo. Ellos sabían que la gente que estaba alrededor reconocían al gran predicador Pablo, a quien los demonios se le sujetaban y salían despavoridos. Ellos estaban abusando de la fama de Pablo y aprovechando la ignorancia de las personas para hacer un nombre y fama para ellos mismos pero con engaño, pues ellos no conocían a Jesús, se aprovechaban del nombre del Señor que es sobre todo nombre.
Lo que no se esperaban era que se iban a encontrar con una fuerza demoníaca más fuerte de la que ellos habían enfrentado anteriormente. Este demonio los avergonzó y no reconoció la autoridad con la que ellos pretendían expulsar a este demonio.
Por eso es impresionante cómo el demonio les declara: "A Jesús conozco y a Pablo también; pero ustedes, ¿quienes son?" De forma increíble, el demonio se abalanza sobre ellos, los golpea, les quita la ropa, y ellos salieron corriendo despavoridos.
De esa forma el diablo puede avergonzar a aquellos que viven una vida espiritual falsa, aparentando estar consagrados a Dios pero que viven una vida totalmente apartada de Sus mandamientos.
Que esta lección de estos siete hombres nos sirva para aprender que con Dios no se juega ni tampoco con el diablo. Jesús le dio autoridad a la iglesia sobre Satanás para que ningún mal nos suceda cuando Satanás quiera atacarnos; pero esa protección no se aplica a aquellos que quieran jugar al cristiano y que no lo son con sus hechos, que llaman a Dios todos los días y se presentan delante de Él para que Dios los guarde y los bendiga pero que durante todo el día y la noche viven una vida desordenada en tinieblas y con falsedad. Hay personas que viven de la misericordia y la compasión de Dios, pues Dios todavía los cuida y los protege, aunque estén viviendo vidas desagradables delante de Él, y Dios todavía les tiene paciencia para que pronto cambien sus vidas y pasen de las tinieblas a la luz, pero es inevitable que llegue el momento cuando confronten un espíritu malo y, si no tienen a Dios en su corazón, entonces el diablo va a hacer estragos con ellos, pues él todavía es el príncipe de este mundo, aunque Jesús ya lo derrotó y le dio la autoridad a Sus hijos, los cristianos, sobre todo contra el poder de Satanás.
Por eso Satanás reconoce a Dios y los demonios tiemblan, y también reconoce a los hijos de Dios; el infierno tiembla cuando un hijo de Dios se levanta en el nombre de Jesús, pero Satanás se ríe y se burla de aquellos que pretenden ser algo y no lo son.
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