Deuteronomio 3: Transmitiendo fortaleza y valor.
Deuteronomio 3:18-29 RVA2015:
“En aquel tiempo les mandé diciendo: ‘El SEÑOR su Dios les ha dado esta tierra para que tomen posesión de ella. Todos los valientes cruzarán armados delante de sus hermanos, los hijos de Israel. Solamente sus mujeres, sus niños y sus ganados (yo sé que tienen mucho ganado), se quedarán en las ciudades que les he dado, hasta que el SEÑOR dé reposo a sus hermanos, así como a ustedes, y ellos también tomen posesión de la tierra que el SEÑOR su Dios les da al otro lado del Jordán. Entonces volverán cada uno a la heredad que yo les he dado’.
“También en aquel tiempo mandé a Josué diciendo: ‘Tus ojos han visto todo lo que el SEÑOR tu Dios ha hecho a aquellos dos reyes. Así hará el SEÑOR a todos los reinos por los cuales tú pasarás. No les teman, porque el SEÑOR su Dios, él es el que combate por ustedes’.
“En aquel tiempo supliqué al SEÑOR, diciendo: ‘Oh SEÑOR Dios, tú has comenzado a mostrar a tu siervo tu grandeza y tu mano poderosa. Porque, ¿qué dios hay en los cielos o en la tierra que haga como tus obras y como tus proezas? Te ruego que yo también cruce y vea aquella buena tierra que está al otro lado del Jordán, aquella buena región montañosa y el Líbano’. “Pero el SEÑOR se había indignado contra mí por causa de ustedes y no me escuchó. El SEÑOR me dijo: ‘¡Basta! No me hables más de este asunto. Sube a la cumbre del Pisga y alza tus ojos hacia el oeste, el norte, el sur y el este, y mírala con tus ojos; porque tú no cruzarás este Jordán. Pero comisiona a Josué; fortalécelo e infúndele valor, porque él cruzará al frente de este pueblo y los hará tomar posesión de la tierra que tú verás’. “Así nos quedamos en el valle delante de Bet-peor.
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El gran líder Moisés continuó narrando todos los eventos que sucedieron en el desierto.
En este capítulo vemos cómo ellos destruyeron las ciudades de los cananeos, incluyendo las ciudades donde su rey y sus habitantes eran gigantes; una raza de hombres que era de más altura de lo común y que infundía mucho miedo y temor.
Pero Dios le dijo a Moisés que no tuvieran miedo porque Dios ya había resuelto entregarlos en sus manos a todos esos reyes y sus ciudades.
Moisés obedeció a la orden del Señor y transmitió al pueblo valentía y fortaleza. Todos ellos se armaron de valor cuando Moisés los estaba afirmando; esta vez la nueva generación sí creyó que Dios podía ayudarlos para derrotar grandes ciudades con hombres más fuertes que ellos.
Más adelante vemos a Moisés suplicando al Señor que lo deje entrar a la tierra prometida; Dios había decidido no dejarlo porque Moisés no honró al Señor delante de los israelitas. Recuerda que Moisés se dejó llevar por las presiones de ellos, impulsándolo a errar grandemente ante Dios; actuó con prepotencia, con enojo y aspereza.
Dios había escogido a Josué como líder y ordenó a Moisés que lo nombre como líder delante del pueblo, y de forma especial le pidió que le infundiera a Josué fortaleza y valor.
Esas palabras son muy especiales, porque antes de que Moisés comenzara a liberar al pueblo de Israel de la esclavitud y pesadumbre de Egipto, era un hombre muy dudoso y temeroso. Moisés tenía momentos donde dudaba pero Dios continuamente lo afirmaba y con paciencia demostraba el poder que Moisés tenía por medio de la autoridad de Dios.
De la misma manera, Moisés debía orar por Josué, imponer sus manos sobre él para transmitir autoridad sobre Josué delante de Dios y delante del pueblo. También Moisés pasaría muchas horas hablando con Josué, enseñándole la forma en que Dios obraba y cómo podía tocar el corazón de Dios para que Dios escuche su oración. Posiblemente Moisés también le enseñó a Josué todos los errores que él mismo había cometido para que Josué no los repitiera y así ser un líder ejemplar y efectivo en medio del pueblo.
Espero que hoy podamos seguir el ejemplo de Moisés como líder para que nosotros también podamos transmitir fortaleza y valor a nuestra pareja y a nuestros hijos. Que sean personas que aprendan a actuar con determinación ante las circunstancias difíciles, gracias a nuestra influencia.
En tiempos de incertidumbre con tantos cambios geopolíticos y culturales, debemos de estar continuamente conectados con el Señor, y de esa manera poder transmitir palabras de sabiduría y afirmación a los miembros de nuestro hogar, pues Dios nos ha puesto sobre ellos y también ellos lo harán con su familia cuando crezcan.
En vez de transmitir momentos de tensión en el hogar por andar enojados y gritando todo el tiempo, dejándonos llevar por las frustraciones personales o problemas externos, inundando el ambiente de ansiedad e inseguridad, seamos agentes de paz, de calma, de seguridad. Que nuestra familia, amigos y parientes sepan que pueden encontrar en nosotros la afirmación y fortaleza que necesitan en tiempos difíciles, para que tengan la capacidad para soportar problemas y adversidades. Seamos esa columna de liderazgo y afirmación como lo fue Moisés.
Soy tu hermano y amigo Eduardo Rodríguez.
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Deuteronomy 3: Transmitting strength and courage.
Deuteronomy 3:21-29:
“And I commanded Joshua at that time, saying, ‘Your eyes have seen all that the Lord your God has done to these two kings; so will the Lord do to all the kingdoms through which you pass. You must not fear them, for the Lord your God Himself fights for you.’
“Then I pleaded with the Lord at that time, saying: ‘O Lord God, You have begun to show Your servant Your greatness and Your mighty hand, for what god is there in heaven or on earth who can do anything like Your works and Your mighty deeds? I pray, let me cross over and see the good land beyond the Jordan, those pleasant mountains, and Lebanon.’
“But the Lord was angry with me on your account, and would not listen to me. So the Lord said to me: ‘Enough of that! Speak no more to Me of this matter. Go up to the top of Pisgah, and lift your eyes toward the west, the north, the south, and the east; behold it with your eyes, for you shall not cross over this Jordan. But command Joshua, and encourage him and strengthen him; for he shall go over before this people, and he shall cause them to inherit the land which you will see.’
“So we stayed in the valley opposite Beth Peor.
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The great leader Moses went on narrating all the events that happened in the desert.
In this chapter we see how they destroyed the cities of the Canaanites, including the cities where their king and inhabitants were giants; a race of men who were taller than usual and who instilled much fear and dread.
But God told Moses not to be afraid because God had already decided to deliver all those kings and their cities into their hands.
Moses obeyed the command of the Lord and transmitted courage and strength to the people. They all took courage when Moses was affirming them; this time the new generation did believe that God could help them defeat big cities with men stronger than them.
Later we see Moses pleading with the Lord to let him enter the promised land; God had decided not to leave him because Moses did not honor the Lord before the Israelites. Remember that Moses allowed himself to be carried away by their pressure, impelling him to err greatly before God; he acted with arrogance, with anger and harshness.
God had chosen Joshua as leader and ordered Moses to appoint him as leader before the people, and in a special way asked him to transmit to Joshua strength and courage.
Those words are very special, because before Moses began to free the people of Israel from the bondage and sorrow of Egypt, he was a very doubtful and fearful man. Moses had moments where he doubted but God continually affirmed him and patiently demonstrated the power that Moses had through God's authority.
In the same way, Moses was to pray for Joshua, lay his hands on him to convey authority over Joshua before God and before the people. Moses would also spend many hours talking to Joshua, teaching him how God worked and how he could touch God's heart so that God would hear his prayer. Possibly Moses also taught Joshua all the mistakes that he himself had made so that Joshua would not repeat them and thus be an exemplary and effective leader among the people.
I hope that today we can follow the example of Moses as a leader so that we too can transmit strength and courage to our partner and our children. That they be people who learn to act with determination in difficult circumstances, thanks to our influence.
In times of uncertainty with so many geopolitical and cultural changes, we must be continuously connected with the Lord, and in this way be able to transmit words of wisdom and affirmation to the members of our home, because God has placed us above them and they will also do it with their family when they grow up.
Instead of transmitting moments of tension in the home by being angry and shouting all the time, letting ourselves be carried away by personal frustrations or external problems, flooding the atmosphere with anxiety and insecurity, let us be agents of peace, of calm, of security. Let our family, friends and relatives know that they can find in us the affirmation and strength they need in difficult times, so that they have the capacity to endure problems and adversity. Let's be that column of leadership and affirmation like Moses was.
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