Deuteronomio 5: Conociendo el temor de Dios.
Deuteronomio 5:23-31:
“Aconteció que cuando oyeron la voz de en medio de las tinieblas, mientras el monte ardía en fuego, se acercaron a mí todos los jefes de sus tribus y sus ancianos. Entonces dijeron: ‘He aquí , el SEÑOR nuestro Dios nos ha mostrado su gloria y su grandeza, y hemos oído su voz de en medio del fuego. En este día hemos visto que Dios habla al hombre, y que este puede quedar vivo. Pero, ¿por qué hemos de morir, ya que este gran fuego nos consumirá? Si volvemos a oír la voz del SEÑOR nuestro Dios, moriremos. Porque, ¿quién es el ser humano para que oiga, como nosotros, la voz del Dios vivo que habla de en medio del fuego, y aún viva? Acércate tú, y escucha todo lo que dice el SEÑOR nuestro Dios. Luego tú nos dirás todo lo que el SEÑOR nuestro Dios te haya dicho, y nosotros lo escucharemos y lo pondremos por obra’.
“El SEÑOR oyó las palabras de ustedes cuando me hablaban, y me dijo: ‘He oído las palabras que te ha hablado este pueblo. Está bien todo lo que han dicho. ¡Oh, si tuvieran tal corazón que me temieran y guardaran todos mis mandamientos todos los días, para que les fuera bien a ellos y a sus hijos para siempre! Ve y diles: Vuelvan a sus tiendas. Pero tú, quédate aquí conmigo. Yo te diré todos los mandamientos, las leyes y los decretos que les has de enseñar, para que los pongan por obra en la tierra que les doy para que tomen posesión de ella’.
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No olvides leer todo el capítulo completo.
Este es un capítulo muy importante. En la primera parte del capítulo podemos ver cómo Moises procedió a explicarles a la segunda generación el día en que sus padres recibieron los diez mandamientos.
Fue un momento muy solemne donde Dios preparó al pueblo para manifestarse visiblemente ante ellos y les iba a hablar. Ellos tuvieron que estar en ayuno, oración y absteniéndose de relaciones íntimas por tres días, dedicados especialmente para este tiempo donde por primera vez Dios se iba a dirigir directamente a ellos para darles los mandamientos y preceptos.
Cuando llegó el momento esperado, ¡ellos comenzaron a ver la gloria de Dios descender sobre el monte Sinaí en forma de fuego, truenos, relámpagos y sonido fuerte de trompeta! Pienso que ellos vieron al monte convertirse en algo parecido a un volcán.
Moisés describió ese momento majestuoso, esperado por el pueblo con alegría, y que se convirtió en un momento terrorífico, espantoso para el pueblo.
El sonido de la voz de Dios que se semejaba a truenos y trompetas sonando con estruendo, produjo en el pueblo una nueva experiencia con Dios. Después de haber visto la mano de Dios vencer a sus enemigos, de haberlos sacado con mano poderosa de la esclavitud, de haberles mostrado su amor y dedicacion a ellos pasandolos por el Mar Rojo, ahora estaban temblando al escuchar directamente la voz del Señor.
Ellos sabían del gran privilegio que era tener a Dios en medio de ellos y de que Dios mismo les hablara, pero ellos debían entender que Dios es un Dios vivo, que se indigna del pecado, que se enoja con el que lo ofende con actos de rebeldía, y que ningún ser humano podía burlarse de sus mandamientos sin sufrir las consecuencias de sus actos.
Ellos entendieron que Dios es un Dios tan santo, misericordioso y sublime pero que no soporta la impureza y la maldad. Que si Dios encontraba alguna clase de maldad en el pueblo, Dios iba a apartarse de ellos y sentirían lo que era estar lejos de Dios.
Este temor que ellos experimentaron era necesario para que sus corazones estuvieran firmes, y cumplir con los mandamientos de Dios y no perder las bendiciones preparadas para ellos. Ellos pidieron a Moisés que él fuera su interlocutor, el intermediario entre Dios y el pueblo. Habían visto que no era una tarea fácil presentarse puros delante de Dios. Ellos preferían que Dios hablara a Moisés, pues reconocían la disciplina de su Dios estricto.
En pocas palabras, conocieron las dos facetas de Dios. Dios es amor pero también fuego consumidor, que bendice en abundancia al que es fiel pero castiga al rebelde.
Dios se agradó de esa actitud de reverencia de respeto, de admiración, y de honra que ellos mostraron al ver la gloria de Dios. El mismo Dios expresó que Él desea que ellos mantengan ese corazón sumiso para que nunca se aparten de sus caminos y recibieran la prosperidad de sus vidas.
Recordemos que el corazón del hombre está inclinado a hacer el mal pero si en su corazón existe el temor de Dios, entonces esa persona va para recordar las cosas que agradan y desagradan a Dios. Esa persona va vivir para agradar a Dios, pues vivir sin su gracia y sin su misericordia es la tragedia más grande que el ser humano pueda vivir.
Desarrollaremos ese temor de Dios. No solamente hay que desarrollar un conocimiento claro de que Dios existe, de que Dios es amoroso, de que Dios perdona y bendice en gran manera, pero también de un Dios que no puede derramar sus bendiciones sobre aquel que juega con sus mandamientos y que vive una vida desordenada, especialmente aquellos que ya han tenido un encuentro con Dios y que tienen claro que Jesucristo es Dios.
Sigamos el ejemplo que encontramos en Hebreos 2:3-4: “... ¿cómo escaparemos nosotros si descuidamos una salvación tan grande? Esta salvación, que al principio fue declarada por el Señor, nos fue confirmada por medio de los que oyeron, dando Dios testimonio juntamente con ellos con señales, maravillas, diversos hechos poderosos y dones repartidos por el Espíritu Santo según su voluntad.”
Soy tu amigo y hermano Eduardo Rodríguez.
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Deuteronomy 5: Knowing the fear of God.
Deuteronomy 5:23-31:
(Please read it in your Bible)
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Don't forget to read the entire chapter.
This is a very important chapter. In the first part of the chapter we can see how Moses proceeded to explain to the second generation the day their parents received the Ten Commandments.
It was a very solemn moment where God prepared the people to manifest Himself visibly before them and He was going to speak to them. They had to fast, pray and abstain from intimate relationships for three days, dedicated especially to this time where for the first time God was going to address them directly to give them the commandments and precepts.
When the expected moment arrived, they began to see the glory of God descend on Mount Sinai in the form of fire, thunder, lightning and a loud trumpet sound! I think they saw the mountain become something like a volcano.
Moses described that majestic moment, awaited by the people with joy, and which became a terrifying moment, frightening for the people.
The sound of the voice of God that was similar to thunder and trumpets sounding with a roar, produced in the people a new experience with God. After having seen the hand of God defeat their enemies, having taken them out of slavery with a powerful hand, having shown their love and dedication to them by passing them through the Red Sea, now they were trembling when they heard the voice of the Lord directly.
They knew what a great privilege it was to have God in their midst and for God Himself to speak to them, but they had to understand that God is a living God, who is indignant with sin, who gets angry with those who offend him with acts of rebellion, and that no human being could mock His commandments without suffering the consequences of his actions.
They understood that God is such a holy, merciful and sublime God but that He does not support impurity and wickedness. That if God found any kind of evil in the people, God would turn away from them and they would feel what it was like to be away from God.
This fear that they experienced was necessary for their hearts to be firm, and to fulfill the commandments of God and not lose the blessings prepared for them. They asked Moses to be their interlocutor, the intermediary between God and the people. They had seen that it was not an easy task to appear pure before God. They preferred that God speak to Moses, as they recognized the discipline of their strict God.
In short, they knew the two facets of God. God is love but also consuming fire, which abundantly blesses those who are faithful but punishes the rebel.
God was pleased with that attitude of reverence, respect, admiration, and honor that they showed when they saw the glory of God. God Himself expressed that He wants them to keep that submissive heart so that they never stray from His ways and receive prosperity in their lives.
Let us remember that the heart of man is inclined to do evil but if in his heart there is the fear of God, then that person goes to remember the things that please and displease God. That person will live to please God, because living without His grace and without His mercy is the greatest tragedy that human beings can experience.
Let's develop that fear of God. It is not only necessary to develop a clear knowledge that God exists, that God is loving, that God forgives and blesses in a great way, but also of a God who cannot pour out His blessings on those who play with His commandments and who live a messy life, especially those who have already had an encounter with God and who are clear that Jesus Christ is God.
Let's follow the example found in Hebrews 2:3-4: “... how shall we escape if we neglect so great a salvation, which at the first began to be spoken by the Lord, and was confirmed to us by those who heard Him, God also bearing witness both with signs and wonders, with various miracles, and gifts of the Holy Spirit, according to His own will?”
I am your friend and brother Eduardo Rodríguez.
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