Mateo 10:1-4:
Entonces llamó a sus doce discípulos y les dio autoridad sobre los espíritus inmundos para echarlos fuera, y para sanar toda enfermedad y toda dolencia. Los nombres de los doce apóstoles son estos: primero Simón, llamado Pedro, y su hermano Andrés; también Jacobo hijo de Zebedeo, y su hermano Juan; Felipe y Bartolomé; Tomás y Mateo el publicano; Jacobo hijo de Alfeo, y Tadeo; Simón el cananita y Judas Iscariote, quien lo entregó.
Mateo 10:11-13:
En cualquier ciudad o aldea donde entren, averigüen quién en ella sea digno y quédense allí hasta que salgan. Al entrar en la casa, salúdenla. Si la casa es digna, venga la paz de ustedes sobre ella. Pero si no es digna, vuelva su paz a ustedes.
Ahora vamos a ver como Jesús establece su ministerio llamando y estableciendo a sus doce seguidores que serían sus discípulos y más adelante serían llamados apóstoles después de la muerte y resurrección del Señor. Después de llamarlos, ellos serían capacitados y aprenderían muchas cosas sobre el mensaje de las buenas nuevas de salvación. Parte de ese aprendizaje es ponerlo en práctica, y no solamente los llamó, sino que ahora vemos cómo los capacitó con autoridad y poder en Su Nombre para ir y liberar a los enfermos, perturbados por espíritus malos, y mostrarles el camino de salvación a donde quiera que fueran.
Es admirable el detalle del verso 11, donde literalmente son portadores de paz. ¡Eso que tanto buscan muchas personas nosotros lo podemos llevar! Los hogares se benefician cuando un cristiano entra a un hogar y con solo saludar a alguien con la paz de Dios, inmediatamente esa casa se llena de paz.
Imagínese que cuando hay un problema en su hogar usted tiene la autoridad y la bendición de poder ser un mediador, llamando el nombre del Señor para que ese conflicto se resuelva fácilmente y no pase a mayores, y el conflicto se pueda resolver.
Los judíos usan la palabra Shalom como un saludo o para despedirse, deseando la paz de Dios, y en este caso ellos iban con autoridad y en el Nombre de Jesús, el Mesías, el Salvador, el que llevaría los pecados y enfermedades de muchos. Pero no solamente se llenaban de paz, porque la palabra Shalom también significa prosperidad, armonía, calma, alegría, bendición.
Reflexionemos sobre estas preguntas;
Consideremos:
¿Ha experimentado la paz plena de Jesús? Si no, ¿Qué está esperando?
¿Es su hogar un lugar más pacifico o conflictivo porque usted vive allí?
¿Ya es un cristiano dedicado al Señor? ¡Es tiempo de usar el Nombre de Jesús y llenar casas, familias y corazones con la paz que nada ni nadie en el mundo puede dar!
Shalom.
Que la paz de Dios llene sus vidas en este día.
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