📖Tito 2:1-15 RVA2015:
"Pero habla tú lo que está de acuerdo con la sana doctrina; que los hombres mayores sean sobrios, serios y prudentes, sanos en la fe, en el amor y en la perseverancia. Asimismo, que las mujeres mayores sean reverentes en conducta, no calumniadoras ni esclavas del mucho vino, maestras de lo bueno, de manera que encaminen en la prudencia a las mujeres jóvenes: a que amen a su marido y a sus hijos, a que sean prudentes y castas, a que sean buenas amas de casa, a que estén sujetas a su propio marido para que la palabra de Dios no sea desacreditada. Exhorta asimismo a los jóvenes a que sean prudentes, mostrándote en todo como ejemplo de buenas obras. Demuestra en tu enseñanza integridad, seriedad y palabra sana e irreprensible para que el que se nos oponga se avergüence no teniendo nada malo que decir de ninguno de nosotros. Exhorta a los siervos a que estén sujetos a sus propios amos en todo, que sean complacientes y no respondones, que no defrauden sino que demuestren toda buena fe para que en todo adornen la doctrina de Dios nuestro Salvador. Porque la gracia salvadora de Dios se ha manifestado a todos los hombres enseñándonos a vivir de manera prudente, justa y piadosa en la edad presente, renunciando a la impiedad y a las pasiones mundanas, aguardando la esperanza bienaventurada, la manifestación de la gloria del gran Dios y Salvador nuestro Jesucristo quien se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad y purificar para sí mismo un pueblo propio, celoso de buenas obras. Estas cosas habla, exhorta y reprende con toda autoridad. ¡Que nadie te menosprecie!"
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Esta parte de la carta del apóstol Pablo es bien importante porque aquí aprendemos la forma para avergonzar a los acusadores, incluyendo a Satanás. El diablo es el acusador de nuestras almas, y siempre está buscando la manera para que nosotros nos descuidemos y aprovechar ese descuido para traer acusación a nuestras vidas, para desanimarnos y alejarnos del camino de Dios con sus acusaciones. El sentimiento de culpabilidad es tan fuerte que es una de las herramientas más poderosas del adversario. Él sabe que de esa manera afecta nuestros sentimientos y nuestros pensamientos, haciéndonos sentir que Dios no nos quiere o que se ha alejado de nosotros o que nuestra maldad es tan grande que Dios no nos puede perdonar.
Por eso una de las formas más prácticas para no caer en un sentimiento de culpa es aprender a comportarnos bien y a hacer las cosas que son correctas. Muchas de esas cosas son cosas del diario vivir, como por ejemplo, la forma en que vivimos, ya sea en nuestro lugar de trabajo y en nuestro hogar. De ahí la parte importante en aprender las virtudes y cualidades de un buen cristiano.
Comenzando por los adultos, que deben ser un modelo de vida con su ejemplo para que puedan instruir a los jóvenes y niños a vivir una vida recta. Está comprobado que se aprende más fácil cuando vemos que cuando escuchamos.
Una de las cualidades principales de un buen cristiano es la prudencia y el buen porte, tanto de los varones como de las damas.
Los hombres deben ser un modelo de carácter noble y firme en los jóvenes, y las damas deben enseñar el buen comportamiento cuando las jóvenes comienzan a formar su hogar, aprendiendo a ser mujeres virtuosas, esposas y madres ejemplares.
De esta forma, viviendo honestamente y con integridad, la Palabra de Dios no será blasfemada, los que critican nuestra fe serán callados y Satanás será avergonzado, no teniendo algo con qué culparnos.
Por eso sigamos el consejo que le dio el apóstol Pablo a Tito de que si vamos a vivir en la gracia de Dios, tenemos que alejarnos de la vida guiada por los deseos pecaminosos y más bien viviendo de manera justa.
🤔Consideremos:
Según mi forma de vivir, ¿estoy dando una oportunidad a Satanás para avergonzarme?
Según mi forma de vivir, ¿estoy avergonzando al mismo Satanás?
Soy tu amigo Eduardo Rodríguez; que el Señor escuche tu oración😇
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