Hebreos 7:18-28 RVA2015:
A la verdad, el mandamiento anterior fue abrogado por ser ineficaz e inútil, porque la ley no perfeccionó nada. Sin embargo, se introduce una esperanza superior por la cual nos acercamos a Dios. Y esto no fue hecho sin juramento. Los otros fueron hechos sacerdotes sin juramento, mientras que este lo fue por el juramento del que le dijo: Juró el Señor y no se arrepentirá: “Tú eres sacerdote para siempre”.
De igual manera, Jesús ha sido hecho fiador de un pacto superior. A la verdad, muchos fueron hechos sacerdotes porque, debido a la muerte, no podían permanecer. Pero este, porque permanece para siempre, tiene un sacerdocio perpetuo. Por esto también puede salvar por completo a los que por medio de él se acercan a Dios, puesto que vive para siempre para interceder por ellos.
Porque tal sumo sacerdote nos convenía: santo, inocente, puro, apartado de los pecadores y exaltado más allá de los cielos. Él no tiene cada día la necesidad, como los otros sumos sacerdotes, de ofrecer sacrificios, primero por sus propios pecados y luego por los del pueblo, porque esto lo hizo una vez para siempre, ofreciéndose a sí mismo. La ley constituye como sumos sacerdotes a hombres débiles; pero la palabra del juramento, posterior a la ley, constituyó al Hijo, hecho perfecto para siempre.
Este capítulo es muy similar al de Hebreos 5; te invito para que escuches el devocional de hace 2 días atrás acerca lo que es un sumo sacerdote y sus funciones.
En ese capítulo anterior aprendimos que el sacerdote es el ser humano escogido por Dios para interceder por los pecados del pueblo. Así mismo Jesús tomó ese lugar.
En este capítulo el escritor explica que Jesús es un Sacerdote, pero muy diferente a aquellos que fueron escogidos por Dios de la tribu de Leví y consagrados por Moisés para que hicieran la labor de intercesores entre Dios y el pueblo. Jesucristo no era de la tribu de Leví, sino descendiente de la tribu de Judá y la conexión de sacerdocio no viene desde la tribu de Aarón, pues Jesús era descendiente de la tribu de Judá, la misma de donde era el rey David. Entonces, ¿cómo pudo ser Él el Sacerdote perfecto para interceder por los pecados del pueblo de Israel y de los gentiles también? Porque Él viene del linaje de Melquisedec. Melquisedec era un rey y también un sacerdote que bendijo a Abraham, y Abraham entendió quién era Melquisedec que hasta los diezmos le dio, reconociéndolo como un escogido de Dios. ¡Melquisedec es una representación del Mesías, el Rey de reyes y Señor de señores visitando a Abraham!
Eso hace que Jesús sea superior a los sacerdotes que descienden de la tribu de Leví y del linaje de Aarón, pues ellos tenían que ofrecer holocaustos y ofrendas de paz para interceder por sus propios pecados antes de pedir por los pecados de otros.
Por eso, ¡Jesús es el Sacerdote perfecto porque Él ya era puro y nunca pecó! Por eso el sacrificio de Jesucristo es el sacrificio perfecto, pues todavía es válido Su sacrificio para que los pecados del mundo puedan ser perdonados, sin necesidad de traer una ofrenda de animales.
¡Jesús es el Sacerdote y el Cordero que quita los pecados del mundo!
¡Valoremos, pues, esta oportunidad de acercarnos a este Sacerdote Supremo, el cual está listo para aceptar nuestras vidas como única ofrenda delante de Dios, porque Él ya ofreció el sacrificio mayor con su vida misma! Si en algún momento le fallaste al Señor, ya sea en la escuela haciendo cosas indebidas con tus amigos y estás arrepentido por esa falta, te invito para que vengas al Sumo Sacerdote, delante de Su presencia, y te conceda misericordia, pues el sacrificio fue hecho hace 2000 años y todavía es vigente para cubrir tus faltas. Tal vez como adulto, como esposo o esposa tomaste una decisión equivocada y heriste a tu pareja, te invito para que vengas delante de Jesucristo para que Él interceda por ti, y con Su sangre de Cordero Él pueda borrar esa falta, y tú y tu pareja puedan comenzar el proceso de restauración matrimonial
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