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1 Tesalonicenses 3:1-13 RVA2015:
Por lo cual, como no pudimos soportarlo más, nos pareció bien quedarnos solos en Atenas, y enviamos a Timoteo, nuestro hermano y colaborador de Dios en el evangelio de Cristo, para afirmarlos y animarlos en su fe; para que nadie sea turbado en medio de estas tribulaciones porque ustedes mismos saben que hemos sido puestos para esto. Porque cuando aún estábamos con ustedes les predecíamos que habríamos de sufrir tribulaciones. Y así ha acontecido, como bien lo saben. Por esta razón, como yo tampoco pude soportarlo más, le envié para informarme de la fe de ustedes, no sea que los haya tentado el tentador y que nuestro gran esfuerzo haya sido en vano. Pero ahora Timoteo ha regresado desde ustedes a nosotros y nos ha dado buenas noticias de la fe y del amor de ustedes, y de que siempre tienen buenos recuerdos de nosotros, deseando vernos, tal como nosotros también a ustedes. Por eso hemos sido animados por ustedes, hermanos, por medio de su fe, en toda nuestra necesidad y aflicción. Porque ahora vivimos, si efectivamente están firmes en el Señor. Por lo cual, ¿qué acción de gracias podremos dar a Dios con respecto a ustedes en recompensa por todo el gozo con que nos regocijamos por causa de ustedes delante de nuestro Dios? De día y de noche imploramos con mucha instancia, a fin de verlos personalmente y completar lo que falta de su fe. ¡Que el mismo Dios y Padre nuestro, con nuestro Señor Jesús, nos abra camino hacia ustedes! El Señor los multiplique y los haga abundar en amor unos para con otros y para con todos, tal como nosotros para con ustedes; a fin de confirmar el corazón de ustedes irreprensible en santidad delante de Dios nuestro Padre, en la venida de nuestro Señor Jesús con todos sus santos.
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Ayer miramos la forma en que Pablo hablaba a esta iglesia como un padre le habla a los hijos; ahora vamos a mirar cómo Pablo sufría para que esta iglesia no se apartara de los caminos de Dios, a tal punto de que él estaba sintiendo que desfallecía con solo pensar que esta iglesia se alejaba del camino de Dios, y que todo el trabajo que se había invertido en ellos haya sido en vano, que el adversario, el diablo, los hubiera tentado engañandolos y separándolos de la presencia de Dios.
Pero el apóstol nos cuenta que, cuando llegó Timoteo de regreso contándole lo firme que estaban los tesalonicenses, Pablo expresa que literalmente volvió a la vida.
Así como el apóstol Pablo, donde sus emociones estaban siendo movidas por medio de la fe de esta iglesia, igualmente sucede con nosotros cuando uno de los miembros de nuestra familia persevera en los caminos del bien, trayendo alegría a nuestro corazón, o cuando alguien anda en caminos equivocados y produce en nosotros una sensación de desaliento por el dolor de ver a ese ser querido alejado del camino de Dios.
Realmente se sufre cuando el esposo o esposa, un hijo o hija está apartado del camino de Dios. Por eso es necesario aferrarse fuerte de la mano de Dios para no decaer en la fe, y más bien continuar orando y amando a la persona para que pronto entre a ser parte de la familia de Dios.
Si tu estás en los caminos de Dios, recuerda que todos los miembros de tu familia serán bendecidos, estarán gozosos al ver tu progreso cada día en tu relación con Dios, y les transmitirás ánimo y vida por medio de tu perseverancia en Dios viviendo una vida recta.
Tu testimonio es poderoso. Tu fe reaviva la fe de otros. Tu fe es vida en tu hogar. Se fiel y persevera.
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Consideremos:
¿He recibido fuerzas al ver la fe de otros? ¿Me han servido de ejemplo para continuar y no desmayar en los caminos de Dios?
¿Alguien ha reconocido y admirado tu servicio en la obra de Dios?
Soy tu amigo Eduardo Rodríguez. Que el Señor escuche tu oración y te utilice para compartir vida y ánimo a los demás.
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