📖 2 Corintios 3:1-18 RVA2015
¿Comenzamos otra vez a recomendarnos a nosotros mismos? ¿O acaso tenemos necesidad, como algunos, de cartas de recomendación para ustedes, o de ustedes? Ustedes son nuestra carta, escrita en nuestro corazón, conocida y leída por todos los hombres. Es evidente que ustedes son carta de Cristo, expedida por nosotros, escrita no con tinta, sino con el Espíritu del Dios vivo; no en tablas de piedra, sino en las tablas de corazones humanos. Esta confianza tenemos delante de Dios, por medio de Cristo: no que seamos suficientes en nosotros mismos, como para pensar que algo proviene de nosotros, sino que nuestra suficiencia proviene de Dios. Él mismo nos capacitó como ministros del nuevo pacto, no de la letra, sino del Espíritu. Porque la letra mata, pero el Espíritu vivifica. Y si el ministerio de muerte, grabado con letras sobre piedras, vino con gloria —tanto que los hijos de Israel no podían fijar la vista en el rostro de Moisés a causa de la gloria de su rostro, la cual se había de desvanecer—, ¡cómo no será con mayor gloria el ministerio del Espíritu! Porque si el ministerio de condenación era con gloria, ¡cuánto más abunda en gloria el ministerio de justificación! Pues lo que había sido glorioso no es glorioso en comparación con esta excelente gloria. Porque si lo que se desvanecía era por medio de gloria, ¡cuánto más excede en gloria lo que permanece!
➡️🎙️Este capítulo es muy hermoso porque el apóstol Pablo utiliza una analogía muy linda comparando al cristiano como una carta. Una carta es un medio de comunicación donde, por medio del papel y la tinta, se convierte en un instrumento que representa al mismo escritor como si estuviera presente adonde quiera que esa carta llegara.
Antes de que existiera internet y otros medios electrónicos de comunicación como el telégrafo y el teléfono en tiempos antiguos, la carta era el único medio para poder comunicarse a la distancia. Y aunque existen muchos medios de comunicación la carta todavía sigue siendo un instrumento con mucho valor a nivel legal, pues todavía se exige un documento con la firma auténtica de los que están haciendo alguna transacción legal, y también está cargada de mucho valor emocional cuando alguien recibe una carta escrita con puño y letra de su ser querido. Los que hemos recibido cartas sabemos la emoción que se siente cuando se reciben.
De la misma manera, el apóstol Pablo elogia a la iglesia de Corinto diciéndoles que ellos eran representantes de los mismos apóstoles como cartas abiertas al público. La forma en que ellos se esforzaban para cumplir la ley de Dios y ser un buen ejemplo para los no creyentes significó mucho para el apóstol y sentía orgullo y satisfacción de que se hizo un buen trabajo espiritual en ellos.
Pienso que estas palabras animaron mucho a la iglesia de Corinto para que se siguieran esforzando para ser luz en medio de las tinieblas.
De la misma manera nuestros hogares son como cartas escritas del trabajo que hemos hecho en ellos. Aunque no podemos controlar a todos nuestros hijos para que tomen todos el mismo camino, en general se podrá reflejar en ellos los valores y principios que intentamos infundirles desde pequeños. Reconociendo que ninguna familia es perfecta y que hay momentos duros y difíciles, en general, podemos ver en los rostros y en las acciones de nuestros esposos y esposas, hijos e hijas, el ambiente que creamos en el hogar. Si es un ambiente conflictivo eso mismo se va a reflejar en las actitudes de los miembros de nuestro hogar, si es un ambiente de respeto y perdón lo mismo se va a ver en el rostro de ellos.
Así como la iglesia es la carta que refleja a Jesucristo, y nosotros reflejamos el trabajo de nuestros pastores y la visión de nuestra iglesia, debemos estar concientes que nuestro hogar es carta abierta de nuestro caminar con Dios.
Soy tu amigo Eduardo Rodríguez.😇
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