Notas en Español e inglés 👇
Levítico 1: Transferencia de la culpa.
Levítico 1:1-9:
El SEÑOR llamó a Moisés y habló con él desde el tabernáculo de reunión, diciendo: 2 “Habla a los hijos de Israel y diles que cuando alguno de ustedes presente una ofrenda al SEÑOR, esta será del ganado vacuno u ovino. 3 Si su ofrenda es holocausto del ganado vacuno, ofrecerá un macho sin defecto. Lo ofrecerá voluntariamente delante del SEÑOR a la entrada del tabernáculo de reunión. 4 Pondrá su mano sobre la cabeza de la víctima, la cual será aceptada para hacer expiación por él. 5 Entonces degollará el novillo en presencia del SEÑOR, y los sacerdotes hijos de Aarón ofrecerán la sangre rociándola por encima y alrededor del altar que está a la entrada del tabernáculo de reunión. 6 Después desollará la víctima del holocausto y la cortará en pedazos. 7 Luego los hijos del sacerdote Aarón pondrán fuego sobre el altar y acomodarán la leña sobre el fuego. 8 Después los sacerdotes hijos de Aarón acomodarán los pedazos, la cabeza y el sebo encima de la leña que está en el fuego sobre el altar. 9 Y el sacerdote lavará con agua las vísceras y las piernas, y las hará arder todas sobre el altar. Es un holocausto, una ofrenda quemada de grato olor al SEÑOR.
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Hoy vamos a comenzar un nuevo libro de la Biblia. Estos libros del Antiguo Testamento no son muy populares porque habla mucho de la ley antigua y sus diferentes rituales, pero es importante conocer la historia de Israel y sus mandamientos, pues aquí encontraremos enseñanzas que podemos aplicarlas a nuestras vidas espirituales, y también nuestro conocimiento de los planes de Dios se ampliará, pues todo lo que pasó en la antigüedad con la antigua ley es una representación y simbolismo de la obra de Jesucristo en la cruz para salvarnos.
Comencemos conociendo un poco este libro. Se le denominó Levítico por los autores que tradujeron la Biblia del hebreo al griego. El nombre fue inspirado en los levitas, porque la mayoría del contenido está lleno de instrucciones para los levitas que es la tribu encargada de los holocaustos al Señor.
Para entender este libro podemos dividirlo en 4 partes. La primera división es entre el capítulo 1 y el 7. Aquí veremos las diferentes clases de sacrificios y los reglamentos para presentar las ofrendas voluntarias para agradar a Dios, ofrendas estatutarias para ciertos rituales, para mostrar arrepentimiento o buscar el perdón de algún pecado cometido.
Quiero que meditemos en la acción de fe cuando el sacerdote debía poner su manos sobre el animal del sacrificio. Esto era para que ocurra algo extraordinario delante de la presencia del Señor: los pecados y faltas que el sacerdote haya cometido, se transfieren en la vida del animal. Al imponer sus manos sobre la cabeza del animal, el animal viene a tomar el lugar del penitente.
Después de que el sacerdote se purificaba y traía una ofrenda en representación del pueblo, el animal tomaba el lugar de todos aquellos que eran parte de la comunidad.
Aun el pecador debía traer su ofrenda por sus pecados ante el sacerdote y debía poner sus manos sobre el animal para que fuera sacrificado en reemplazo de él.
Este momento solemne entre el dueño del animal y el animal era la única forma para que el ser humano pudiera recibir el perdón de sus pecados.
¡Hoy en día, nosotros no debemos traer animal alguno ante la presencia de Dios! ¡Porque Jesucristo ya lo hizo por nosotros cuando Él sufrió, murió y resucitó! ¡Él es el Cordero de Dios que quita los pecados del mundo! Él se entregó a sí mismo, de forma voluntaria, siendo consciente de que derramando una sangre justa era la única forma de que los pecadores pudieran recibir el perdón de sus pecados, como dijo el profeta en Isaías 53:7: “Él fue oprimido y afligido, pero no abrió su boca. Como un cordero, fue llevado al matadero; y como una oveja que enmudece delante de sus esquiladores, tampoco él abrió su boca.”
Cada vez que venimos ante la presencia de Dios pidiendo su perdón, inmediatamente Dios nos perdona, pues ¡el precio fue pagado! ¡El Señor ya cargó nuestras faltas!
Cada vez que tú sientas y estés consciente de haber fallado al Señor, acércate con un corazón arrepentido y, en oración, confiesa tu falta ante Dios; y el Cordero de Dios que está en los cielos y, a la misma vez, está contigo en ese lugar donde te has arrodillado, te va a lavar con su sangre y te perdonará.
¡Su sangre todavía limpia los pecados! Recuerda la gran revelación que nos enseñó el apóstol Pablo en Romanos 5:8: “Pero Dios demuestra su amor para con nosotros en que, siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.”
Soy tu amigo Eduardo Rodríguez. Que el Señor escuche tu oración.
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Leviticus 1: Transfer of the guilt.
Leviticus 1:1-9:
Now the Lord called to Moses, and spoke to him from the tabernacle of meeting, saying, “Speak to the children of Israel, and say to them: ‘When any one of you brings an offering to the Lord, you shall bring your offering of the livestock—of the herd and of the flock.
‘If his offering is a burnt sacrifice of the herd, let him offer a male without blemish; he shall offer it of his own free will at the door of the tabernacle of meeting before the Lord. Then he shall put his hand on the head of the burnt offering, and it will be accepted on his behalf to make atonement for him. He shall kill the bull before the Lord; and the priests, Aaron’s sons, shall bring the blood and sprinkle the blood all around on the altar that is by the door of the tabernacle of meeting. And he shall skin the burnt offering and cut it into its pieces. The sons of Aaron the priest shall put fire on the altar, and lay the wood in order on the fire. Then the priests, Aaron’s sons, shall lay the parts, the head, and the fat in order on the wood that is on the fire upon the altar; but he shall wash its entrails and its legs with water. And the priest shall burn all on the altar as a burnt sacrifice, an offering made by fire, a sweet aroma to the Lord.
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Today we are going to start a new book of the Bible. These books from the Old Testament are not very popular because they talk a lot about the old law and its different rituals, but it is important to know the history of Israel and its commandments, because here we will find teachings that we can apply to our spiritual lives, and also our knowledge of God's plans will be expanded, because everything that happened in ancient times with the old law is a representation and symbolism of the work of Jesus Christ on the cross to save us.
Let's start by getting to know this book a bit. It was called Leviticus by the authors who translated the Bible from Hebrew to Greek. The name was inspired by the Levites, because most of the content is full of instructions for the Levites, which is the tribe in charge of holocausts to the Lord.
To understand this book we can divide it into 4 parts. The first division is between chapter 1 and 7. Here we will see the different kinds of sacrifices and the regulations to present the voluntary offerings to please God, statutory offerings for certain rituals, to show repentance or seek forgiveness of some sin committed.
I want us to meditate on the act of faith when the priest had to put his hands on the sacrificial animal. This was for something extraordinary to happen before the presence of the Lord: the sins and faults that the priest has committed are transferred into the life of the animal. By laying his hands on the animal's head, the animal comes to take the place of the penitent.
After the priest purified himself and brought an offering on behalf of the people, the animal took the place of all those who were part of the community.
Even the sinner had to bring his offering for his sins before the priest and had to lay his hands on the animal to be sacrificed in his place.
This solemn moment between the owner of the animal and the animal was the only way for the human being to receive forgiveness for his sins.
Nowadays, we must not bring any animals into the presence of God! Because Jesus Christ already did it for us when He suffered, died and rose again! He is the Lamb of God who takes away the sins of the world! He gave Himself voluntarily, being aware that shedding righteous blood was the only way for sinners to receive forgiveness of their sins, as the prophet said in Isaiah 53:7: “He was oppressed and He was afflicted, yet He opened not His mouth; He was led as a lamb to the slaughter, and as a sheep before its shearers is silent, so He opened not His mouth.”
Every time we come in the presence of God asking for His forgiveness, God immediately forgives us, because the price was paid! The Lord already carried our faults!
Every time you feel and are aware of having failed the Lord, approach with a repentant heart and, in prayer, confess your fault before God; and the Lamb of God who is in heaven and, at the same time, is with you in that place where you knelt, is going to wash you with His blood and forgive you.
His blood still cleanses sins! Remember the great revelation that the apostle Paul taught us in Romans 5:8: “But God demonstrates His own love toward us, in that while we were still sinners, Christ died for us.”
I am your friend Eduardo Rodríguez. May the Lord hear your prayer.
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