Juan 14:5 Le dijo Tomás:
—Señor, no sabemos a dónde vas; ¿cómo podemos saber el camino?
6 Jesús le dijo:
—Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie viene al Padre sino por mí. 7 Si me han conocido a mí, también conocerán a mi Padre; y desde ahora lo conocen y lo han visto.
8 Le dijo Felipe:
—Señor, muéstranos el Padre y nos basta.
9 Jesús le dijo:
—Tanto tiempo he estado con ustedes, Felipe, ¿y no me has conocido? El que me ha visto, ha visto al Padre. ¿Cómo, pues, dices tú: “Muéstranos el Padre”? 10 ¿No crees que yo soy en el Padre y el Padre en mí? Las palabras que yo les hablo, no las hablo de mí mismo sino que el Padre que mora en mí hace sus obras. --------
En este capítulo Jesucristo revela una de sus tantas identidades y virtudes con las que Él quiere mostrarse a la humanidad.
Los judios conocían a Dios llamándolo Padre, pues es el creador y también el que adoptó a Abraham para hacer de él una gran nación.
Los profetas daban mensajes de parte de Dios y le llamaban Padre, pues Dios los llamaba al arrepentimiento llamándolos hijos. Ellos sabían que Dios es un ser invisible pero que se les mostró a sus antepasados en forma sobrenatural como columnas fuego de noche y de nube de día, y otras manifestaciones sobrenaturales visibles a ellos, con el propósito de guiar a sus ancestros por el desierto como un Padre cuida, protege, y provee a su hijos. Les dio pan que defendía del cielo, codornices, agua que brotó de la peña para que ellos entendieran que Dios los quiere como un Padre.
Por eso la declaración de Jesús fue tan impactante y reveladora de su identidad. No sólo lo conocían como maestro, guía y como el ungido, el escogido De Dios, pero ahora lo conocerían como el mismo Dios, como su naturaleza divina invisible ¡Que ahora es visible en Jesús!
Por eso Jesus afirmó a Tomas diciendo que Él era el camino para que él conociera al Padre y afirmó a Felipe diciéndole que Él era el Padre, pues el Padre (dios invisible) estaba en él (en forma visible).
Esta revelación fue confirmada a Tomás después de que Jesus resucitó y se les presentó a los discípulos, y Tomas se arrodilló ante él y le dijo Señor mío y Dios mío!
Todo esto lo explico para que hoy mires a Jesus así, mas que El Salvador que quita tus pecados, o el redentor que te libera de la esclavitud de la maldad, o como el sanador de tus dolencias. Tu puedes acercarte a Dios mirarlo como ese Padre que provee, que cuida, que da consuelo, que da protección, que nos defiende, que nos acompaña afirmando nuestros corazones, que nos da seguridad en tiempos de temor y miedo.
Hay muchos corazones que les incomoda la sola palabra Padre, pues han sufrido decepciones, abandonos, maltrato físico y emocional, indiferencia y dureza, y otras malas experiencias con su progenitor terrenal, pero hoy Jesus te quiere abrazar, te quiere tomar en sus brazos, quiere darte un refugio en su presencia, quiere darte abrigo, sosiego, devolverte la paz, la alegría, quiere enjugar tus lagrimas, quiere restaurar tu nombre y darte uno nuevo!
No temas acercarte al Señor, a tu Dios, a tu Padre.
Quiero hoy acompañarte en oración para que abraces esta forma en que Dios se quiere manifestar en tu vida. Oremos: Señor Jesús, en este dia quiero conocerte más, especialmente como padre, quiero aceptar que tu eres el único que no falla, que no decepciona, recibo tu protección, tu provisión, tu amor, tu espíritu que me anima a seguir, que me levanta cuando he caído, que me aconseja y que me dirige. Gracias por estar ahí conmigo en mis momentos más difíciles, aun cuando me he olvidado de ti. Gracias Padre mío. Te amo. en el nombre de Jesús Amén.
Soy tu amigo Eduardo Rodriguez. No olvides leer el capítulo completo y compartir este devocional con alguien que necesite recordar a El Padre Celestial.
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