Hechos 1:10-14 --- Y como ellos estaban fijando la vista en el cielo mientras él se iba, he aquí dos varones vestidos de blanco se presentaron junto a ellos, 11 y les dijeron:
—Hombres galileos, ¿por qué se quedan de pie mirando al cielo? Este Jesús, quien fue tomado de ustedes arriba al cielo, vendrá de la misma manera como le han visto ir al cielo.
12 Entonces volvieron a Jerusalén desde el monte que se llama de los Olivos, el cual está cerca de Jerusalén, camino como de un kilómetro. Y cuando entraron, subieron al aposento alto donde se alojaban Pedro, Juan, Jacobo y Andrés, Felipe y Tomás, Bartolomé y Mateo, Jacobo hijo de Alfeo y Simón el Zelote, y Judas hijo de Jacobo. Todos éstos perseveraban unánimes en oración junto con las mujeres y con María la madre de Jesús y con los hermanos de él.
------- Entramos a uno de los libros que son de referencia vital para entender cómo se desarrolló la iglesia en los primeros años después de que Jesús resucitó y ascendió al cielo. Es la segunda carta de Lucas, es la continuación del evangelio de Lucas. Aquí vemos como una iglesia va madurando y creciendo en medio de la persecución, y la transición de practicar la ley de Moisés a practicar la gracia de Dios y la aceptación de los nuevos miembros gentiles, o sea los no judíos.
En este día quiero que reflexionemos sobre los primeros cristianos que fueron llenos del Espíritu Santo, que antes eran incrédulos pero que en este capítulo los vemos en el grupo de los creyentes: la familia de Jesús.
Es difícil entender cuando alguien de la familia no camina en la misma fe de los demás. Tendemos a desesperarnos y a veces hasta hablar de forma dura a ese ser querido que no ha aceptado y abrazado la fe de la misma forma que nosotros.
Imagínese a Jesús el Mesías, Dios hecho hombre pero que ni aun sus hermanos creían en Él (Juan 7:5).
Y no solo eso, sino que hasta le hablaron con sarcasmo y lo retaban porque estaban escépticos de la identidad que Jesús proclamaba como Hijo de Dios.
Durante el tiempo que Jesús enseñaba y predicaba el Camino de salvación y hacía milagros y sanidades, no vemos a los hermanos de Jesús siendo parte activa de su ministerio. Al punto que Jesús dijo: "mis hermanos y mi madre y mi padre son aquellos que hacen la voluntad de Dios". Esto lo dijo el Señor porque María y sus hermanos lo estaban buscando para hablar con Él.
Pero qué alegría que podemos ver ahora en el libro de Hechos a María y sus hermanos en el aposento alto, pues creyeron que Jesús es el Salvador, el Mesías prometido, el Señor de señores y Rey de reyes. Los vemos esperando la promesa del Espíritu Santo, y fueron llenos del Espíritu Santo junto con los apóstoles y más de 100 personas. Los vemos activos en el ministerio del señor y hasta tenemos el registro de las hermosas cartas de Santiago y Judas que fueron los hermanos de Jesús.
Ten paciencia con ese ser querido o miembro de tu familia que no comparte todo lo que tú crees, especialmente cuando son detalles que no deben producir separación ni aspereza en la familia. Debemos tener paciencia como Jesús tuvo paciencia con sus hermanos, siempre demostrar amor y compasión para que ese ejemplo que damos con nuestras acciones pueda ganar a muchos, incluyendo a aquellos que son escépticos. Podemos discutir y exponer nuestras convicciones y estar en desacuerdo sin necesidad de dejar heridas en el proceso.
Como dice el dicho popular: “Una acción habla más que mil palabras.”
Recordemos lo que dijo Pablo: “Yo sembré, Apolos regó pero el crecimiento lo da Dios.”
Consideremos:
¿Estamos siendo impacientes con algún pariente que no acepta completamente nuestra creencia? ¿En vez de ser influencia positiva para esa persona, siempre terminamos discutiendo y disgustados?
Soy tu amigo Eduardo Rodriguez. No olvides leer todo el capítulo y compartir este programa. Que el señor escuche tu oración y puedas ser un ejemplo de amor a los que te rodean hasta que lleguen al conocimiento pleno de Dios.
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