Lucas 21:
Parábola de la higuera
29 Y les dijo una parábola: —Miren la higuera y todos los árboles. 30 Cuando ven que ya brotan, ustedes entienden que el verano ya está cerca. 31 Así también ustedes, cuando vean que suceden estas cosas, sepan que el reino de Dios está cerca. 32 De cierto les digo que no pasará esta generación hasta que todo suceda. 33 El cielo y la tierra pasarán pero mis palabras no pasarán.
34 »Miren por ustedes, que sus corazones no estén cargados de glotonería, de embriaguez y de las preocupaciones de esta vida, y que aquel día venga sobre ustedes de repente como una trampa; 35 porque vendrá sobre todos los que habitan sobre la superficie de toda la tierra. 36 Velen, pues, en todo tiempo, orando para que tengan fuerzas para escapar de todas estas cosas que han de suceder, y puedan estar en pie delante del Hijo del Hombre.
37 Pasaba los días enseñando en el templo y saliendo al anochecer permanecía en el monte que se llama de los Olivos.
Estos capítulos que hemos leído de los evangelios donde Jesús habla sobre eventos de los últimos tiempos son importantes porque nos dan una advertencia de que sucederá un día donde el Señor va a rescatar a sus hijos de un tiempo que será muy difícil. Los juicios de Dios se ejecutarán y también la gracia de Dios se manifestará salvando a los que hayan aceptado la salvación que Jesús ofrece.
La advertencia para los que estemos esperando a Jesús y no desanimarnos o descuidarnos, es para que nos cuidemos de glotonería, embriaguez, y afanes del diario vivir.
Glotonería no solamente habla de no comer mucho sino de lo que representa. Es no vivir con excesos, sino con mesura. No buscar demasiada abundancia de los placeres al punto de hastiarnos. He visto y escuchado a personajes que tuvieron hambre de poder y fama, y cuando la tuvieron quisieron más. Al punto que empezaron a autodestruirse por los excesos. Buscaron una vida cómoda que después pasó a sobreabundancia, y la falta de mesura hizo que esos excesos los sobrecargaran y recayeran en vidas caóticas y destructivas.
Semejante es la embriaguez. No solo significa no emborracharse con licor sino que nos cuidemos de vivir vidas desenfrenadas y sin sentido común. Cuando uno se embriaga dice y hace cosas que no quiso decir ni hacerlo.
Jesucristo quiere que vivamos en estado vigilante, atentos, sin descuidarnos. Mientras muchos no saben qué hacer con sus vidas o van caminando en esta vida persiguiendo cosas que ellos piensan los van a hacer felices, nosotros vamos caminando en esta vida viviéndola al máximo pero con sabiduría, prudencia y mesura. Sin “atragantarnos” con deseos o placeres terrenales desmedidamente. Sin vivir de forma irresponsable, cuidando lo que hacemos y decimos. Honrando a Dios con nuestras palabras y hechos. Con nuestros negocios, posiciones, y forma de vivir en la escuela y en la casa. Que nuestra familia sea un modelo de cómo vivir justamente en un mundo injusto. Que podamos continuamente fortalecernos en oración, pidiéndole al Señor que nos alumbre el camino y nos muestre en qué área de nuestro vivir estamos equivocados.
Para concluir el devocional de hoy, recordemos las palabras del apóstol Pablo:
Romanos 13:11-14: Y hagan esto conociendo el tiempo, que ya es hora de despertarse del sueño, porque ahora la salvación está más cercana de nosotros que cuando creímos. La noche está muy avanzada, y el día está cerca. Despojémonos, pues, de las obras de las tinieblas y vistámonos con las armas de la luz. Andemos decentemente, como de día; no con glotonerías y borracheras ni en pecados sexuales y desenfrenos ni en peleas y envidia. Más bien, vístanse del Señor Jesucristo y no hagan provisión para satisfacer los malos deseos de la carne.
Que el Señor escuche tu oración y te dé sabiduría, prudencia y mesura para estar preparados para el gran día. No olvides ller todo el capítulo. ~ Conductor y Editor: Eduardo Rodríguez
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