📖Romanos 15:1-7 RVA2015:
Así que, los que somos más fuertes debemos sobrellevar las flaquezas de los débiles y no agradarnos a nosotros mismos. Cada uno de nosotros agrade a su prójimo para el bien, con miras a la edificación. Porque Cristo no se agradó a sí mismo; más bien, como está escrito: Las afrentas de los que te afrentaron cayeron sobre mí . Pues lo que fue escrito anteriormente fue escrito para nuestra enseñanza a fin de que, por la perseverancia y la exhortación de las Escrituras, tengamos esperanza. Y el Dios de la perseverancia y de la exhortación les conceda que tengan el mismo sentir los unos por los otros según Cristo Jesús para que, unánimes y a una sola voz, glorifiquen al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo. Por tanto, recíbanse unos a otros como Cristo los recibió para la gloria de Dios.
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El apóstol Pablo está llegando al final de su carta a los romanos, y en esta parte de esa carta sigue refiriéndose al tema de la relación con nuestro prójimo, especialmente con la familia de Dios.
Como seres humanos tenemos la tendencia de desesperarnos fácilmente y explotar de frustración con alguien que no está caminando correctamente o no está viviendo una vida cristiana según la cual deberían llevar. Recordemos las palabras del apóstol que nos dice que debemos sobrellevar la debilidad de los que no han afirmado su fe todavía.
La Nueva Versión Internacional dice así: Los fuertes en la fe debemos apoyar a los débiles, en vez de hacer lo que nos agrada. Cada uno debe agradar al prójimo para su bien, con el fin de edificarlo.
Y la Nueva Traducción Viviente dice: Los que somos fuertes debemos tener consideración de los que son sensibles a este tipo de cosas. No debemos agradarnos solamente a nosotros mismos. Deberíamos ayudar a otros a hacer lo que es correcto y edificarlos en el Señor.
Sobrellevar significa ayudar al otro y no ignorar su debilidad. Debo dejar de enfocarme en mi propio bienestar, y más bien tomar como mío ese proceso en que el débil en la fe está pasando.
A medida en que seguimos estudiando las cartas de Pablo, vamos a encontrar una abundancia de versos que él escribió animando a los creyentes a que se ayuden mutuamente en el crecimiento espiritual.
No te precipites a juzgar a alguien, tildándolo de rebelde, de carnal, sin temor de Dios, etc.
Usualmente alguien que va a la iglesia pero que no comparte mi propia forma de servir a Dios es alguien que sí ama y adora a Dios de corazón, pero que está aprendiendo de otra forma seguir a Dios y practicar sus mandamientos. Unos están apenas comenzando en la fe. Otros están pasando por alguna crisis de su identidad como cristianos, y otros están afirmando sus convicciones de diferente forma en que yo lo hago.
Lo importante es ver a esa persona adorar a Dios conmigo.
Era tan grande el compromiso y la entrega de Pablo hacia los convertidos que decía que él sufría dolores de parto hasta que Cristo fuera formado en ellos.
Algo que me ha ayudado en mi relación con mi esposa es entender que ella también es hija de Dios y debo escucharla y respetarla de la misma forma que lo hago con alguien de la congregación. A veces somos más duros con nuestros hijos y toleramos a otros jóvenes.
De la misma forma en que tratamos a alguien nuevo con compasión y paciencia, así mismo tengamos mucha paciencia y tolerancia con los miembros de nuestro hogar. Ayúdales a crecer en la fe. Que tus hijos jóvenes se involucren más en el servicio al Señor, no por agradarte a ti ni porque te enojas con ellos, sino porque aprendieron de ti, pues les diste amor y comprensión.
😀Soy tu amigo Eduardo Rodríguez. Que el Señor escuche tu oración y te dé un corazón sensible para sobrellevar la carga de alguien cerca de ti.
No olvides leer todo el capítulo completo y compartir este devocional con alguien que aprecies.
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