Números 2: El orden es de Dios
Números 2:1-2:
El SEÑOR habló a Moisés y a Aarón diciendo: “Los hijos de Israel acamparán a cierta distancia alrededor del tabernáculo de reunión. Ellos acamparán, cada uno junto a su estandarte y con las enseñas de sus casas paternas.
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2:32-34:
Estos son los contados de los hijos de Israel, según sus casas paternas. Todos los contados en los campamentos, en sus ejércitos, son seiscientos tres mil quinientos cincuenta. 33 Pero los levitas no fueron contados entre los demás hijos de Israel, como el SEÑOR había mandado a Moisés. Los hijos de Israel hicieron conforme a todas las cosas que el SEÑOR mandó a Moisés. Así acampaban junto a sus estandartes y así se ponían en marcha, cada uno según su clan y su casa paterna.
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En este capítulo vemos la importancia del orden. Cuando el pueblo de Israel recibió todos los mandamientos y ordenanzas en el monte Sinaí, conforme a lo que estudiamos en el libro de Éxodo, ellos ya estaban listos para partir hacia la tierra prometida.
Después de ser un pueblo recien salido de la esclavitud, oprimidos y débiles, ahora era un pueblo dirigido por un líder escogido por Dios, Moisés; con un sumo sacerdote que los guiaría en el camino de Dios, Aarón; con leyes civiles para el buen funcionamiento y convivencia del pueblo para resolver problemas cotidianos, y con la justicia establecida para que no vivieran en anarquía y caos. Israel se había convertido de la noche a la mañana en una nación que, aunque era muy pequeña, contaba con un ejército y su comandante Josué, con líderes a nivel de clanes y tribus, con nuevas costumbres de limpieza e higiene, reglas para tratar enfermedades y en general, todo lo relacionado para que fueran prosperado.
La organización en que Dios estableció fue perfecta.
Aquí vemos que también debían salir en orden específico, con el tabernáculo en medio de ellos; y cuando llegaran a algún lugar, debían armar el tabernáculo y ubicarse específicamente alrededor del tabernáculo según sus tribus, con los levitas acampando en frente del tabernáculo y cada tribu detrás de ellos como Dios lo había establecido.
Aquí vemos la importancia de ser ordenados. En nuestros hogares no debemos irnos a extremos. Ni muy rígidos que la convivencia se convierta en un constante tormento, ni tampoco dejar que todo sea un caos donde no hay por donde caminar. Se debe hacer un balance de acuerdo a la edad de los hijos y las etapas que están pasando como familia, pero si se establece un orden de lo que se debe hacer en el día, las responsabilidades de cada uno y con paciencia establecer buenos hábitos saludables para el desarrollo de hogar, podrán disfrutar más la convivencia en el hogar y podrán alcanzar sus metas y propósitos personales y como familia. También podrán servir al Señor mejor cuando el hogar esté organizado.
Como padres démosle a nuestros hijos un buen ejemplo de una buena comunicación y buenos hábitos organizacionales para que ellos se sientan inspirados y hagan lo mismo.
No seamos carga solo para una persona, sino que trabajemos juntos para establecer un plan para que el orden reine en el hogar y no el caos, y cumplan cada uno con su parte. Evalúen periódicamente qué está funcionando y qué se debe modificar, de acuerdo a la eficacia y también a cambios de horarios y disponibilidad de cada miembro del hogar. Desde el chiquito hasta el más grande puede integrarse a este plan, y traten de hacerlo lo más ameno y agradable posible.
Recordemos que Dios es un Dios de orden. 1 Corintios 14:33 dice: “… porque Dios no es un Dios de desorden, sino de paz. (NVI).
Recordemos que Dios bendice al que es un buen mayordomo de los privilegios que tiene a la mano: tiempo, talentos, finanzas, salud, etc.
También recuerda que el Señor dice que si en lo poco somos fieles, en lo mucho nos pondrá.
Por último, no nos dejemos influenciar por las tendencias que se levantan hoy en día, donde piensan que ir en contra de Dios es normal. Como hijos de Dios sigamos los consejos de los apóstoles que escribieron a la iglesia de cómo debemos comportarnos como cristianos, siendo ejemplares a un mundo lleno de caos que después sufren o sufrirán las consecuencias porque dejaron a Dios, quitaron la oración y la Biblia de las escuelas, se abrieron a practicar la inmoralidad y promiscuidad, permitieron que la sociedad aceptara cualquier clase de aberración en nombre de la libre expresión; y que ahora sufren al ver niños completamente trastornados mentalmente, con crisis de identidad, sin compasión ni respeto a la vida, unos quitándose la vida y otros quitándosela a otros, insensibles e irrespetuosos. No se puede salir del orden divino de Dios. No lo permitamos en nuestros hogares, congregaciones y comunidades.
Pablo nos advirtió en 1 Corintios 10:23: “Todo me es lícito, pero no todo conviene. Todo me es lícito, pero no todo edifica.”
Soy tu amigo y hermano Eduardo Rodríguez. Que el Señor les dé mucha sabiduría para vivir en el orden de Dios.
🇺🇲
Numbers 2: The order is from God.
Numbers 2:1-2:
And the Lord spoke to Moses and Aaron, saying: “Everyone of the children of Israel shall camp by his own standard, beside the emblems of his father’s house; they shall camp some distance from the tabernacle of meeting.
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2:32-34:
These are the ones who were numbered of the children of Israel by their fathers’ houses. All who were numbered according to their armies of the forces were six hundred and three thousand five hundred and fifty. But the Levites were not numbered among the children of Israel, just as the Lord commanded Moses. Thus the children of Israel did according to all that the Lord commanded Moses; so they camped by their standards and so they broke camp, each one by his family, according to their fathers’ houses.
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In this chapter we see the importance of order. When the people of Israel received all the commandments and ordinances on Mount Sinai, according to what we studied in the book of Exodus, they were ready to leave for the promised land.
After being a people just out of slavery, oppressed and weak, now it was a people led by a leader chosen by God, Moses; with a high priest who would guide them on the path of God, Aaron; with civil laws for the proper functioning and coexistence of the people to solve daily problems, and with established justice so that they would not live in anarchy and chaos. Overnight, Israel had become a nation that, although very small, had an army and its commander Joshua, with leaders at the clan and tribal level, with new customs of cleanliness and hygiene, rules for treating diseases and in general, everything related to their prosperity.
The organization that God established was perfect.
Here we see that they were also to go out in a specific order, with the tabernacle in their midst; and when they got somewhere, they were to set up the tabernacle and specifically position themselves around the tabernacle according to their tribes, with the Levites camping in front of the tabernacle and each tribe behind them as God has established.
Here we see the importance of being ordered. In our homes we should not go to extremes. Neither very rigid that coexistence becomes a constant torment, nor let everything be a chaos where there is nowhere to walk. A balance should be made according to the age of the children and the stages they are going through as a family, but if an order is established of what should be done in the day, the responsibilities of each one and with patience establish good healthy habits for the development of the home, they will be able to enjoy living together at home more and will be able to achieve their goals and personal purposes and as a family. You will also be able to serve the Lord better when the home is organized.
As parents, let's give our children a good example of good communication and good organizational habits so that they feel inspired to do the same.
Let's not just be a burden for one person, but let's work together to establish a plan so that order reigns in the home and not chaos, and each one does their part. Periodically evaluate what is working and what needs to be modified, according to the effectiveness and also to changes in schedules and availability of each member of the household. From the smallest to the largest can be integrated into this plan, and try to make it as enjoyable and enjoyable as possible.
Let us remember that God is a God of order. 1 Corinthians 14:33 says: “For God is not a God of disorder but of peace…” (NIV).
Let us remember that God blesses the one who is a good steward of the privileges at hand: time, talents, finances, health, etc.
Also remember that the Lord says that if we are faithful in a little, He will put us in much.
Finally, let us not be influenced by the trends that arise nowadays, where they think that going against God is normal. As children of God, let us follow the advice of the apostles who wrote to the church on how we should behave as Christians, being exemplary to a world full of chaos that later suffer or will suffer the consequences because they left God, they removed the prayer and the Bible from the schools, they opened themselves to the practice of immorality and promiscuity, they allowed society to accept any kind of aberration in the name of free expression; and now they suffer seeing children completely mentally disturbed, with identity crises, without compassion or respect for life, some taking their own lives and others taking it from others, insensitive and disrespectful.
You cannot get out of God's divine order. Let us not allow it in our homes, congregations and communities.
Paul warned us: “All things are lawful for me, but not all things are helpful; all things are lawful for me, but not all things edify.” (NKJV).
I am your friend and brother #Eduardo Rodríguez.
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