Éxodo 29: Santificación del Sacerdote.
Éxodo 29:4-21:
4 Harás que Aarón y sus hijos se acerquen a la entrada del tabernáculo de reunión, y los lavarás con agua. 5 Tomarás las vestiduras y vestirás a Aarón con el vestido, la túnica del efod, el efod y el pectoral, y lo sujetarás con el ceñidor del efod. 6 Pondrás el turbante sobre su cabeza, y sobre el turbante pondrás la diadema sagrada. 7 Luego tomarás el aceite de la unción y lo derramarás sobre su cabeza; así lo ungirás. 8 Luego harás que se acerquen sus hijos y los vestirás con los vestidos. 9 Ceñirás los cinturones a Aarón y a sus hijos, y les pondrás los turbantes, y tendrán el sacerdocio por estatuto perpetuo. Así investirás a Aarón y a sus hijos.
10 “Luego acercarás el novillo delante del tabernáculo de reunión, y Aarón y sus hijos pondrán sus manos sobre la cabeza del novillo. 11 Degollarás el novillo delante del SEÑOR, a la entrada del tabernáculo de reunión. 12 Tomarás parte de la sangre del novillo y la pondrás con tu dedo sobre los cuernos del altar; y derramarás el resto de la sangre al pie del altar. 13 Tomarás también todo el sebo que cubre las vísceras, el sebo que está sobre el hígado y los dos riñones con el sebo que los cubre, y lo harás arder sobre el altar. 14 Pero quemarás en el fuego fuera del campamento la carne, la piel y el estiércol del novillo. Es un sacrificio por el pecado.
15 “Asimismo, tomarás uno de los carneros, y Aarón y sus hijos pondrán sus manos sobre la cabeza del carnero. 16 Degollarás el carnero, tomarás su sangre y la rociarás encima y alrededor del altar. 17 Cortarás el carnero en pedazos, lavarás sus vísceras y sus piernas, y las pondrás con sus pedazos y con su cabeza. 18 Harás arder todo el carnero sobre el altar. Es holocausto de grato olor al SEÑOR, ofrenda quemada al SEÑOR.
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Este capítulo es majestuoso. Es donde Dios impone el orden del ritual que deben seguir al pie de la letra para hacer puro y santo todo el tabernáculo, pero primero comienza con los sacerdotes, que deben ser santificados antes de convertirse en instrumentos de santificación.
Aunque vas a ver mucha sangre y sacrificios, esto realmente es algo supremamente sagrado ante Dios.
Al principio podemos leer que Dios acerca a los sacerdotes ante la fuente de bronce para ser lavados por Moisés. Esto es un ejemplo claro de que el bautismo en agua es importante antes de que podamos servir a Dios como sacerdotes. Antes de ser santificados debemos ser lavados.
Después de ser vestidos con las vestiduras sacerdotales que estudiamos ayer, debían estar ungidos con aceite, simbolismo del Espíritu Santo.
Después vemos las diferentes clases de sacrificios que debían hacer. El primero era el del perdón de pecados. Debía ser ofrecido en el altar ciertas partes internas del novillo en el altar pero el resto, que es la carne y la piel, sería quemado afuera de la ciudad. ¡Ese sacrificio representa a Jesucristo, que fue sacrificado fuera de Jerusalén por nuestros pecados!
Después sigue el sacrificio del carnero como ofrenda de olor agradable. Este simboliza nuestra alabanza y adoración, ya como hijos de Dios, lavados con su sangre y perdonados.
El siguiente carnero era degollado y su sangre era recogida para un ritual muy importante: ¡La dedicación de Aarón y sus hijos como sacerdotes de Dios!
La forma de hacerlo era untando con sangre el lóbulo de la oreja derecha, los dedos pulgares de la mano y el pie derecho. Esto en señal que la mente, los ojos, los oídos y boca fueran totalmente dedicados a Dios. Lo que vean, lo que oigan y lo que digan deberá ser purificado. Esto nos enseña a que cuidemos lo que vemos, oímos, hablamos y pensamos. Así, nuestro corazón será dedicado a Dios sin impurezas de envidia, odio y malas intenciones. Todo lo que hagamos con nuestras manos deberá ser santificado y para la gloria de Dios.
Y por último, nuestros pies, donde vayamos y los lugares que frecuentamos sean lugares que honren a Dios, no lugares donde hagan impuros a los hijos de Dios.
No permitas que personas o cosas o lugares quiten la pureza que Dios te ha dado. Mas bien, ten conciencia de que lo que digas, lo que hagas o donde vayas sea para impactar ese lugar y esas personas con el mensaje de salvación, con el amor y la paz de Dios. Que sea para sanar y restaurar corazones con la autoridad que Dios te ha dado. Que guíes a cada miembro de tu hogar con palabras sabias, con tus acciones justas y con el ejemplo de tu caminar con Dios. Recuerda que la sangre de Jesús está sobre ti como sacerdote del Dios Altísimo. Haz la obra sacerdotal pura donde quiera que vayas.
Soy tu amigo y hermano Eduardo Rodríguez.
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Exodus 29: Sanctification of the Priest
Exodus 29:4-21:
“And Aaron and his sons you shall bring to the door of the tabernacle of meeting, and you shall wash them with water. Then you shall take the garments, put the tunic on Aaron, and the robe of the ephod, the ephod, and the breastplate, and gird him with the intricately woven band of the ephod. You shall put the turban on his head, and put the holy crown on the turban. And you shall take the anointing oil, pour it on his head, and anoint him. Then you shall bring his sons and put tunics on them. And you shall gird them with sashes, Aaron and his sons, and put the hats on them. The priesthood shall be theirs for a perpetual statute. So you shall consecrate Aaron and his sons.
“You shall also have the bull brought before the tabernacle of meeting, and Aaron and his sons shall put their hands on the head of the bull. Then you shall kill the bull before the Lord, by the door of the tabernacle of meeting. You shall take some of the blood of the bull and put it on the horns of the altar with your finger, and pour all the blood beside the base of the altar. And you shall take all the fat that covers the entrails, the fatty lobe attached to the liver, and the two kidneys and the fat that is on them, and burn them on the altar. But the flesh of the bull, with its skin and its offal, you shall burn with fire outside the camp. It is a sin offering.
“You shall also take one ram, and Aaron and his sons shall put their hands on the head of the ram; and you shall kill the ram, and you shall take its blood and sprinkle it all around on the altar. Then you shall cut the ram in pieces, wash its entrails and its legs, and put them with its pieces and with its head. And you shall burn the whole ram on the altar. It is a burnt offering to the Lord; it is a sweet aroma, an offering made by fire to the Lord.
“You shall also take the other ram, and Aaron and his sons shall put their hands on the head of the ram. Then you shall kill the ram, and take some of its blood and put it on the tip of the right ear of Aaron and on the tip of the right ear of his sons, on the thumb of their right hand and on the big toe of their right foot, and sprinkle the blood all around on the altar. And you shall take some of the blood that is on the altar, and some of the anointing oil, and sprinkle it on Aaron and on his garments, on his sons and on the garments of his sons with him; and he and his garments shall be hallowed, and his sons and his sons’ garments with him.
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This chapter is majestic. It is where God imposes the order of the ritual that must be followed to the letter to make the entire tabernacle pure and holy, but first it begins with the priests, who must be sanctified before becoming instruments of sanctification.
Although you are going to see a lot of blood and sacrifices, this really is something supremely sacred before God.
At the beginning we can read that God brings the priests before the bronze basin to be washed by Moses. This is a clear example that water baptism is important before we can serve God as priests. Before being sanctified we must be washed.
After being dressed in the priestly garments that we studied yesterday, they were to be anointed with oil, symbolism of the Holy Spirit.
Then we see the different kinds of sacrifices they had to make. The first was the forgiveness of sins. Certain internal parts of the bull were to be offered on the altar but the rest, which is the meat and skin, would be burned outside the city. That sacrifice represents Jesus Christ, who was sacrificed outside of Jerusalem for our sins!
Then follow the sacrifice of the ram as a sweet incense offering. This symbolizes our praise and adoration, already as children of God, washed with His blood and forgiven.
The next ram was slaughtered and its blood collected for a very important ritual: the dedication of Aaron and his sons as priests of God!
The way to do it was by smearing blood on the lobe of the right ear, the thumbs of the hand and the right foot. This was a sign that the mind, eyes, ears and mouth were totally dedicated to God. What they see, what they hear and what they say must be purified. This teaches us to take care of what we see, hear, speak and think. Thus, our heart will be dedicated to God without impurities of envy, hatred and bad intentions. Everything we do with our hands must be sanctified and for the glory of God.
And finally, our feet, where we go and the places we frequent should be places that honor God, not places that make God's children impure.
Don't let people or things or places take away the purity that God has given you. Rather, be aware that what you say, what you do or where you go is to impact that place and those people with the message of salvation, with the love and peace of God. Let it be to heal and restore hearts with the authority that God has given you. That you guide each member of your home with wise words, with your just actions and with the example of your walk with God. Remember that the blood of Jesus is upon you as a priest of the Most High God. Do the pure priestly work wherever you go.
I am your friend and brother Eduardo Rodríguez.
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