En este episodio cuento anécdotas nunca antes reveladas sobre mi niñez y algunos pasos profesionales que me enseñaron a que quedarse callada no es una opción. Cuando no levantas tu voz, puedes no incomodar a los demás, pero la incómoda terminas siendo tú. Acompañame a revisitar mi pasado y entender cuáles son esos momentos que me abrieron los ojos con respecto a levantar mi voz.
Como mujeres, como profesionales NO fuimos diseñadas para quedarnos calladas. Cuando sientas que algo no encaja contigo, dilo con todas tus fuerzas.