El reino se inaugura, en la tierra como en el cielo.
Jesús anuncia el evangelio, que es la llegada del Reino de Dios a la tierra. La llegada del reino coincide perfectamente con la entrada de Jesús a la escena pública. Como rey, el trae consigo el reino; rey y reino son inseparables. El evangelio es una buena noticias, de eventos públicos, que viene a cambiar y a afectar a todo mi alrededor. El reino y la vida eterna, son una realidad presente, aquí y ahora; no es algo que ocurre hasta después de la muerte. La llegada del reino son buenas noticias para los enfermos, oprimidos, desconsolados; y es un evento de grandes proporciones, de liberación y el comienzo del regreso al Edén.
Junto con la llegada del reino, los milagros validan la declaración de Jesús. La sanidad y el perdón del pecados son la evidencia que el reino ha llegado, y estos beneficios vienen en paquete; es una salvación integral y comprensiva, que afecta no solo lo interno, sino lo externo. Con la liberación de demonios, empieza el reclamo de Israel y las naciones, como el pueblo de Dios y no de otros Elohim.
El llamamiento y la comisión de discípulos los invita a continuar con la proclamación del reino, a sanar enfermedades y liberar a los oprimidos. El número 12 y 70 son simbólicos; y su enseñanza es que el evangelio y el reino de Dios es tanto para Israel, como para el resto del mundo.
Sin embargo, aún con grandes señales; la gente duda que el reino haya llegado y Jesús sea el Mesías. La gran incertidumbre es; "será este el Mesías". A esta incertidumbre, Jesús prepara una pregunta, que cuya respuesta aclarará la confusión y re-definirá el entendimiento del reino.
Participación especial por Hans Ritz
McKnight, Scot. The King Jesus Gospel- The Original Good News Revisited. Zondervan, 2011.
Shelton W. Brian. An Ancient Israelite Pattern of Kingly Accession in the Life of Christ. Trinity Journal, 2004. 61-73
