"Los reinos de este mundo dominan e imponen su autoridad, pero entre ustedes no debe ser así, quien quiera hacerse grande será su servidor" Mc 10.43
En el antiguo testamento, la expectativa y profecía era que se llevaría a cabo un nuevo éxodo. En la vida de Jesús ocurren muchas señales que apuntan a un nuevo éxodo; y el pueblo quiere coronar a Jesús.
Sin embargo, el aunque no niega ser el Mesías, explica que éste debe sufrir y morir. Con esto, Jesús redefine la manera en que el reino de Dios vendrá a la tierra. No es como los reinos humanos lo hacen; es por medio de el servicio y el altruismo, y no por el dominio y autoridad que el reinado de Dios se manifiesta en la humanidad.
Con esta re-definición, y una lectura atenta de los evangelios, nos damos cuenta que desde el inicio, el reino y la cruz van juntas y son inseparables. Lo vemos en el bautismo, en las tentaciones, en el ungimiento en Betania, y en la fiesta de la dedicación y pascua.
Con esta lectura de los evangelios apropiada, entendemos como el Rey viene a establecer un tipo de reinado totalmente distinto a lo acostumbrado.
