Terminamos la semana anterior concientizando que para superar un trauma por violencia doméstica contamos con los recursos de Cristo, pero desde nuestra participación colaborativa. Esta es la modalidad de afrontamiento que presenta la Biblia (al menos así la entendemos). Si pretendemos superar los pensamientos intrusivos que nos llegan, nos daremos cuenta que los esfuerzos propios no funcionan, agravando sus efectos por la sensación de impotencia, miedo culpa y rabia.
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