Hasta 1935, para que un músico o un grupo cubano pudiera grabar, debía esperar por los continuos viajes a Cuba de operarios de las firmas disqueras extranjeras, especialmente, la Victor, o aspirar a un contrato con alguna de ellas para grabar en los Estados Unidos. Eso comenzó a cambiar en 1935, cuando la emisora CMQ adquirió un equipo de grabación de discos. Ahí comienza la historia que narra este episodio, que completan René Hernández, la Orquesta Sublime y el Conjunto de Yeyo y Cané en el Calendario Musical de Cuba.
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