El consejo que nos repite el apóstol Pedro una y otra vez es: Si les toca sufrir, sufran por hacer el bien, y no el mal. Cristo Jesús nos advirtió que por seguirle y por amarle, nos ganaríamos el odio del mundo. Seríamos aborrecidos, y hasta perseguido por causa de su Nombre. Para Pedro, sufrir por Cristo Jesús, es un honor. Participar de sus sufrimientos, es la mayor gloria que un cristiano puede recibir. Hay un argumento muy importante que hace el apóstol: El juicio comenzará por la casa de Dios. Dios juzgará a los que dicen ser suyos. A los que profesan su Nombre. La salvación no es solamente "decir": Soy cristiano. La salvación es vivir cada día de tu vida para Cristo. Él te salvó; y tú único deseo es agradarlo a Él. Tú única meta tiene que hacer la voluntad de Dios. Muchas se van a perder por no haber creído el Evangelio. Muchos, hasta el día de hoy, rechazan la Buena Noticia. Y si para el justo salvarse va a ser difícil: ¿Qué pasará con los que no creen? ¿Qué pasará con los malhechores? Se perderán. Nuestra vida debe cambiar. Dejemos la vida pasada. Vivamos para Dios. Vivamos en justicia. Vivamos en amor, respeto y tolerancia. Que el Señor te bendiga.
