El amor al dinero es la raíz de todos los males. Muchos se han extraviado de la fe, por causa de él. Muchos creen que la verdadera paz y seguridad consiste en tener una gran cantidad de dinero. Piensan: si tan solo tuviera muchos ahorros, alguna propiedad, bienes raíces, inversiones, podría descansar tranquilo. El dinero se vuelve su única meta. Pero han puesto sus esperanzas en algo inestable y pasajero. Nuestra fe debe estar en el Señor. Pablo invita a contentarnos con tener que comer y que vestir. Nada trajimos a este mundo al nacer, y nada nos llevaremos al morir. Pablo no nos está invitando a ser mediocres ni mucho menos a no tener sueños y aspiraciones. Puedes tener todo eso. Pero siempre y cuando todo esté en su verdadero orden. Primero Dios. Segundo tu familia. El dinero es solo un medio, no un fin en sí mismo. El fin es agradar a Dios. El fin es servirlo a Él, no al dinero. Te invito a leer este capítulo, y a reflexionar en él. Y luego escucha este mensaje, y compártelo con quienes necesitan escuchar esta Palabra. Que el Señor te bendiga.