Esta carta del apóstol Juan, es muy breve - tan solo 13 versículos. Pero tiene una idea central en la cuál todos debemos reflexionar. La preocupación de Juan es que la iglesia persevere en el amor y en la verdad. Al igual que en su primera carta, Juan insiste en que los hermanos deben amarse unos a otros. Ese es un mandamiento que Dios nos ha dejado. En una iglesia nunca puede faltar el amor. Debemos esforzarnos para siempre ser atentos, cariñosos, respetuosos los unos con los otros. Pero Juan también tiene otra preocupación: "perseveren en la verdad - perseveren en la doctrina de Cristo". No debemos alejarnos de las enseñanzas de Cristo. No debemos alejarnos de las verdades bíblicas. No podemos transar con el mensaje bíblico. Y aquí Juan le pide a la iglesia que sea bien firme. Ni siquiera deberíamos "recibir en casa ni decirles "¡bienvenido!"" a quienes quieran enseñar un mensaje distinto al de la Biblia. Recibir a una persona así, que abiertamente enseña otro mensaje, sería equivalente a apoyar su obra, y te convertiría en un cómplice de su mal accionar. Debemos tener cuidado con los falsos maestros. Pero aunque debemos ser cautelosos, que nada nos quite el ser educados, respetuosos y amorosos. Que el Señor te bendiga.