En esta segunda carta, el apóstol Pedro nos dice que recibió de parte del Señor una revelación: pronto iba a morir. Pero para el apóstol Pedro, esto no era una mala noticia. Al igual que el apóstol Pablo, la muerte significaba que su carrera en esta tierra, estaba apunto de terminar. Pedro entiende que una vez que muera, termina su trabajo como pastor de la iglesia. Pero Pedro no quiere que la iglesia se descarríe o se pierda por falta de dirección. Por eso, antes de partir, les recuerda asuntos muy importantes para su fe. ¿Y qué es lo que el apóstol tenía en mente? El crecimiento en la vida espiritual. Todo cristiano debe crecer en la vida cristiana. No podemos ser bebés espirituales toda la vida. Debe haber un momento dónde yo aprendo a caminar solito. Debe llegar el momento dónde aprendo a comer por mi propia cuenta. Pedro menciona algunos aspectos que no pueden faltar en la vida de un cristiano. Un cristiano tiene que tener buena conducta. Tenemos que dar un buen testimonio. En algunas versiones dice "virtud". Un cristiano tiene que ser una persona virtuosa, es decir, llena de buenas acciones. Además tenemos que añadir conocimiento. Conocimiento del plan de salvación. Conocimiento de las profecías. Pero por sobre todo, un conocimiento del carácter de Dios. También tenemos que poseer dominio propio. La fe y el conocimiento tienen que llevarnos a poder estar en control de nuestras emociones y sentimientos. Un cristiano no puede explotar en ira, o en pena. Debemos también poseer paciencia. O perseverancia. Mi relación con Dios tiene que producir en mi paciencia. No me doy por vencido y no abandono mi fe. También debo poseer devoción a Dios. Dios tiene que ser el motor de mi vida espiritual, y el merecedor de todo mi afecto y adoración. Es interesante que al final de esta lista de virtudes, Pedro mencione el amor fraternal y el amor (ágape). El amor cubre multitud de pecados. Y puede ser lo más difícil de hacer en la vida cristiana. Pero si realmente amamos a Cristo, debemos amar de todo corazón a todos nuestros hermanos. Si estas virtudes no están presentes en mi vida, Pedro dice que se debe a que soy corto de vista. O es porque estoy ciego. Quien se olvida de que fue perdonado por Cristo Jesús, en vez de enfocarse en su propio crecimiento, va a andar preocupado por los demás. Va a andar buscando faltas en otros. Preocupémonos de nuestro crecimiento personal. Pongamos los ojos en Jesús, y pidámosle que con su Espíritu Santo nos ayude a crecer. Que tu meta sea reflejar a Jesús lo mejor posible. Y nuca dejes de crecer en tu vida espiritual. Que el Señor te bendiga.