El profeta Eliseo fue el sucesor del profeta Elías. Y ambos tuvieron ministerios muy diferentes. Al profeta Eliseo se le otorgó la capacidad de hacer muchos milagros. Pero cuando tú lees los milagros que él hizo, fueron muy diferentes a los del profeta Elías. Elías hizo caer fuego del cielo, para demostrar que el Dios de Israel era el único y verdadero Dios. Los milagros de Eliseo demuestran el tierno cuidado y el amor de Dios por los que sufren. En éste capítulo encontramos dos milagros muy particulares. Primero, el milagro en favor de la viuda. Se multiplicó el aceite. Este milagro fue hecho en relación a la fe de este mujer. Dios multiplicó el aceite en directa relación con las vasijas que ella se consiguió con sus vecinos y amigos. Pero el milagro fue suficiente para que ella pagara sus deudas, y para tener suficiente para poder sostenerse. El segundo milagro fue para una mujer rica de Sunem. Ella siempre atendía al profeta cuando éste pasaba por ahí. Y decidió construir un cuarto para que el profeta pudiera tener un lugar dónde descansar. El profeta, en agradecimiento, le profetizó que tendría un hijo. Eso fue para la mujer, un gran regalo del cielo. Pero un día, cuando el niño creció, a causa del calor del día, murió. En un milagro muy extraño, Eliseo resucitó al pequeño, y se lo devolvió a su madre. Todos estos milagros tienen un significado muy especial: no solamente nos hablan del amor y del cuidado de Dios por quienes sufren: también prefiguraban al Mesías, que mucho más adelante vendría haciendo milagros muy similares. La gran diferencia entre Eliseo y Jesús, es que Eliseo no siempre podía entender y ver la voluntad de Dios - en cambio Jesús, como Hijo de Dios, vino a cumplir la voluntad de Dios, y siempre supo cuál era su voluntad. El milagro de la resurrección, es uno que Jesús realizó más de una vez - y nos señalan que un día no muy lejano, cuando Jesús regrese, él destruirá la muerte, y sacará del sepulcro a todos los que murieron creyendo en Él. Creamos en Jesús - y la victoria sobre la muerte, también será nuestra. Que el Señor te bendiga.