Es muy importante que nos fijemos en el modus operandi de Absalón: Primero, se compra un carro y caballos, y contrata a un mini ejército para que vayan con él a todas partes. Esto lo hacían los reyes. Absalón quería ser rey. Pero ya había un rey, su padre David. ¿Cómo quitarlo de en medio?
Segundo: Absalón intercepta en la puerta de la ciudad, a todos los israelitas que venían a ver al rey. Les decía que nadie los escucharía de parte del rey. Es decir, lo calumniaba. La mejor forma de envenenar a un pueblo contra su rey, es esparciendo mentiras acerca de él.
Tercero: les decía a todos: "Oh, si yo fuera su rey, yo sí que les haría justicia". Plantó esta idea en todo el pueblo. Él sería un mejor rey.
Absalón supo manipular los sentimientos del pueblo. A todos los que venían, él los besaba. Les hacía creer que los amaba. Y así le robó el corazón a Israel. A Absalón no le interesaba la gente. Le interesaba el poder. Y no iba esperar hasta la muerte de su padre para ser rey. No. Lo iba a buscar por la fuerza. David prefirió huir de Jerusalén, para evitar que personas inocentes murieran en esta rebelión. Se fue llorando. Y encomendó todo en manos del Señor. Cuando te enfrentes a enemigos poderosos, la mejor estrategia, es entregar todo en manos del Señor. El plan de David fue dejar a los sacerdotes, para que fueran sus espías. Y a un buen amigo, para que frustrara los consejos de Ahitofel. Mañana veremos el desenlace de esta historia. Que el Señor te bendiga.
