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El capítulo 12 de Apocalipsis, es el corazón del libro. Está justo en el centro. Y nos presenta con gran claridad el conflicto entre Cristo y Satanás. Aunque este capítulo no se explaya mucho en la muerte y resurrección de Jesús, sí se hace una alusión a su sacrificio: ya que el pueblo de Dios vence a Satanás a través de su fe en la "sangre del Cordero". Aquí vemos que el conflicto comenzó en el cielo. Hubo una guerra en el cielo. En un bando estaba Miguel y sus ángeles. En el otro bando estaba el Dragón y sus ángeles. Miguel aparece como el líder de las huestes angelicales leales a Dios. Miguel no es otro sino Cristo Jesús antes de venir a este mundo. El Dragón dice claramente el versículo 9 que es Satanás. Satanás comenzó la guerra contra Dios en el cielo. Engañó a la tercera parte de las estrellas, es decir, los ángeles del cielo, y los impulsó a revelarse contra Dios. Satanás tenía una posición muy elevada en el cielo (Ezequiel 28:14-18; Isaías 14:12-15), y así aprovechó de ganar muchos adeptos a través de sus mentiras. Pero llegó un momento en que Dios no le permitió seguir adelante. Y así fue como Dios tuvo que expulsar del cielo a Satanás y a sus ángeles. Satanás después quiso destruir a Jesús cuando vino a nacer en este mundo. Para ello usó al Imperio Romano. La historia bíblica nos muestra que fue el rey Herodes el que quiso matar a Jesús. De Jesús el capítulo nos dice que fue arrebatado para Dios y su reino, una alusión a su resurrección y posterior ascensión a los cielos. Luego la atención de esta visión se centra en la mujer, que es un símbolo de la iglesia. Como Satanás no puede dañar a Cristo, se propone dañar a su iglesia, y la persigue con toda su furia. Aquí se menciona nuevamente el periodo profético de 1260 días, o 3 años y medio (Ver Daniel 7:25). En las profecías apocalípticas, un día equivale a un año. Aquí se profetiza una persecución que duraría 1260 años. Esa persecución comenzó en el año 538 y finalizó en el año 1798. Pero este capítulo parece indicar que muy pronto Satanás, sabiendo que le queda poco tiempo, lanzará una última persecución. ¿Contra quienes? Contra quienes se pongan del lado de Dios. La iglesia remanente del tiempo del fin tiene dos características primordiales. Guarda los mandamientos de Dios y tiene el testimonio de Jesús. Dios espera que tú y yo seamos fieles hasta la muerte. Sus 10 mandamientos siguen vigentes. Todos ellos. Incluyendo el 4to mandamiento, que nos habla de la observancia del shabbat. Hoy en día los judíos siguen siendo un pueblo que ama la Ley de Dios. Ellos guardan cabalmente todos los mandamientos. Pero ellos no creen en Jesús. Paradójicamente muchos cristianos, por su parte, aman a Jesús, pero han rechazado su Ley. Muchos creen que no se debe guardar la Ley, ya que creen que ésta fue clavada en la cruz. Dios es claro: su ley sigue vigente. Y si amas a Jesús, también debes amar su Ley. Que el Señor nos ayude a permanecer fieles hasta el final, y fieles hasta la muerte. Que el Señor te bendiga.