Es ahora que cada uno de nosotros tiene que decidir si está de parte de Dios o si se unirá a Satanás en la batalla final. El Armagedón no es una guerra entre potencias mundiales. Es la batalla final entre Cristo y Satanás. Y tú debes decidir hoy de qué lado vas a estar. Si decides no elegir, en realidad estarás eligiendo a Satanás. Jesús dijo que la casa no puede permanecer vacía. O dejas entrar a Jesús, que está a la puerta, llamando; o Satanás buscará como entrar a la fuerza. No hay neutro. Tienes que decidir dónde quieres pasar tu eternidad. Los que elijan a Jesús deben ser valientes, y deben estar dispuestos a enfrentar la muerte si es necesario. Para enfrentar la batalla final se requiere mucha fe. Es por eso que hoy debes aprender a confiar en Jesús, y a caminar con Él; el que es fiel en lo poco, será fiel en lo mucho. Cuando Jesús venga, morirán todos los pecadores, y Él se llevará al cielo a los justos, quienes reinarán con Jesús durante mil años. Cuando Jesús venga, Él resucitará a todos los que hayan muerto creyendo en Él. Al finalizar el milenio, ocurrirá la segunda resurrección, la de los pecadores. Pero ellos solo resucitarán para recibir la sentencia final de parte de Dios. Todos aquellos que no se encuentren inscritos en el libro de la vida, serán arrojados al lago de fuego y azufre. Antes de que caiga fuego del cielo, el cuál los consumirá, Satanás los engañará una vez más, para que juntos ataquen la Santa Ciudad, la Nueva Jerusalén. Pero entonces Dios dictará sentencia sobre ellos, y los consumirá. La victoria final le pertenece a Dios. Y todos tendrán la oportunidad de comprobar que sus juicios son justos y verdaderos. Elije a Jesús hoy. Mañana podría ser demasiado tarde. Que el Señor te bendiga.
